sábado, 3 de mayo de 2025

Discipulado Online | Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes | Ap. Francisco Costa


 

Discipulado Online.

 Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes

 Introducción

 La Obra de Dios es la empresa más grande en la historia de la humanidad, ya que   alcanzar a los perdidos requiere no sólo la preparación, sino la capacitación de nuevos discípulos, a fin de extender el mensaje del evangelio a toda “lengua, tribu y nación”, sin embargo, aún existen muchas naciones que alcanzar con el mensaje del evangelio.

 El propósito de la iglesia no se suscribe solo responder al mandato de Jesús (La Gran Comisión) Mateo 28:19 sino “hacer discípulos” en todas las naciones de la tierra lo cual requiere salir fuera, bien sea de forma (corporativa) como iglesia o como un (llamado personal), un día Jesús advirtió diciendo.

                         “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. Y sopló

sobre ellos, y les dijo: Reciban el Espíritu Santo”. Juan 20:21-23

 Jesús no comisionó a los discípulos solo para extender el evangelio, sino también a preparar un nuevo liderazgo capaz de multiplicarse (reproductor) y ser enviados a discípular a otros completando el circulo, (Ganar, Consolidar, discipular y enviar).

 Un día Katherine Booth (1829-1890) cofundadora del “Ejército de Salvación” junto a su marido William Booth citó lo siguiente.

 “No estás aquí en el mundo para ti mismo, has sido enviado aquí para otros. ¡El mundo te está esperando!”

 Primeramente, en Dios “todo llamado tiene propósito” y suele ser específico y no puede ser ignorado, dado que Dios ha elegido aquellos que son necesarios para hacer algo dentro de Su Plan y Jesús advierte acerca de dos aspectos del llamado.

  Primero, “Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes” y, en segundo lugar, habla del propósito de tal escogencia: “Les he mandado que vayan y sean como las ramas que siempre dan mucho fruto” Juan 15:16 (TLA)

 Cuando alguien es escogido por El Señor no puede decir “no puedo o estoy ocupado” en cosas importantes de mi vida las cuales no pueden esperar. Sin embargo, Jesús dijo: “Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes”, nadie puede negarse al llamado del Señor.

 Escogidos o llamados

 Primeramente, el llamado no es optativo ya que Dios no pide favores y no busca seguidores sino verdaderos discípulos reproductivos y multiplicadores, pues su elección no se suscribe a capacidades humanas sino a Su propósito pues aquí lo más importante es el “fruto” que Él espera obtener.

 Jesús advirtió algo importante.

                       “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”. Mateo 22:14

 El Señor conoce cuales son las características que deben estar presentes para definir quienes son “llamados” y quienes los “escogidos” pues no todos son requeridos para realizar la misma obra y alguien puede preguntar, ¿Cómo saber si eres un escogido?

Primeramente, no se puede pecar de ingenuo y presumir que alguien por reunir ciertas cualidades se hace merecedor de ser llamado o escogido sin pensar que no existirá “demanda” y por supuesto “adversidades” y una de las primeras es el “yo”

            Lucas 14:27 dice.

          “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”.

 Muchos son los seguidores, pero cuando Jesús advierte acerca de los requisitos para ser sus discípulos, varios desisten pues su corazón esta apegado a las cosas materiales y no están dispuestos a dejar sus comodidades. Un día alguien le dijo a Jesús:

 “Déjame que primero vaya y entierre a mi padre.  Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.  Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. Lucas 9:57-62

 Ahora, en el mundo muchos no solo buscan reconocimiento, sino también valorización, pero Jesús advirtió que el reino de Dios no es así, puesto que existe un requisito que no se puede obviar “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Marcos 9:35

 Mateo 19:21 señala que, así como en el reino de Dios, existen prioridades en la vida de las personas también, por eso advirtió: primeramente “vende lo que tienes, y dalo a los pobres” y después, “…ven y sígueme” pues si lo haces no eres “apto para el reino de Dios” y el mismo Pablo lo dice.

 No podemos pensar que Dios nos necesita, no nos equivoquemos, nosotros necesitamos de Él, pues el conoce el propósito por el cual venimos al mundo.

                Alguien puede preguntarse, ¿soy llamado o soy escogido?

 Primeramente, el llamado es para todos los creyentes sin importar su trasfondo social o conocimiento teológico, ahora, ser un “escogido” implica haber sido “llamado”, un día el misionero Loren D Cunningham (1935-2023) fundador de “Juventud con una misión” advirtió que la palabra “Id, implica un cambio de ubicación”.

                                    “Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es

 llamado por Dios, como lo fue Aarón”. Hebreos 5:4

 Aunque muchos sean “llamados” solamente un pequeño grupo formara parte de los “escogidos” lo cual implica que debes ser enviado apostólicamente y no donde quieras ir sino donde Dios te necesita por esta razón el mandato de Mateo 28:19-20 no solo involucra “id, y haced discípulos a todas las naciones” sino cumplir el propósito para el cual has sido escogido.

El tiempo de Dios es perfecto

Él Señor sabe escoger el momento para revelar su propósito. No sólo es necesario “id” sino también ”enseñar” que “guarden todas las cosas que os he mandado” y Pablo es un ejemplo, ya que llegado el momento, el Señor envía a un discípulo llamado Ananías para revelarle el propósito de su llamado.

 “Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre”. Hechos 9:15-16

 El ejemplo de Pablo enseña que no importa tu condición. Jesús puede revelar tu destino profético y te dirá “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” y en relación a esto un día Williams Carey (1761-1834) considerado el padre de las misiones dijo:

                    “Esperas grandes cosas de Dios e intenta hacer grandes cosas por Dios”.

 El “llamado” sólo es el comienzo, ser “escogido” te marca, pero el “propósito” te hace apto para ser enviado pues el “principio” operativo” del reino de los cielos no está basado en el “mérito”, sino “la gracia” por eso Jesús en Mateo 10:8 señala, “de gracia recibisteis, dad de gracia”.

                   “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por

nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” 1° Pedro 2:21

No vamos hacer algo que ya no haya sido preparado de antemano pues tu cumplirás aquello para lo que fuisteis llamados”.

 Acudir al llamado del Señor involucra sacrificio como hicieron hombres como James Hudson Taylor Fundador de la “Misión al Interior de China” o George Verwer fundador de la organización cristiana internacional “Operación Movilización” quienes fueron un ejemplo a seguir.

 También David Livingstone, misionero y explorador en África fue otro de aquellos que dieron su vida para cumplir su asignación en la tierra y ser ejemplo a las siguientes generaciones por esto Jesús en Mateo 16:24 nos recuerda: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo”.

               Todo llamado tiene un “propósito determinado”.

 Jesús advirtió: “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” lo cual incluye “movilización” y Hechos 1:8 traza el orden como los testigos de Cristo debían avanzar, “Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”.

 No se nos olvide que el mismo que nos escogió es el mismo que decide donde debemos ir y un ejemplo es Pablo y Timoteo a quienes el Espíritu Santo les “prohibió hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”.  Hechos 16:6-7

              Llamados o escogidos

 El libro de Esther 4:13-14 recoge las palabras que Mardoqueo dijo a la futura reina Esther donde le exhortaba diciéndole que en sus manos estaba la solución al problema del malvado Amán contra los judíos diciendo:

 “No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío.  Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; más tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” 

 Ahora, así como Mardoqueo planteó a Esther que ella era el instrumento divino para traer una respuesta al pueblo judío, de la misma manera muchos han sido escogidos para este tiempo, para llevar a cabo las grandes cosas que Dios ha preparado para su pueblo.

 George Müller (1805-1898) dijo

 “Las dificultades son la comida con que la fe se alimenta”.

 Las dificultades forman parte del equipaje que nos acompañan cuando decidimos cumplir nuestro llamado, lo cual implica que en ocasiones podremos sufrir fracasos como muchos de aquellos que han dejado huella en el mundo.

 Recuerda, tu llamado afectará a otros de alguna manera, pues Dios sabe la necesidad espiritual, no solo a nivel personal, también la gran cantidad de personas que aún en el mundo no han conocido el evangelio de buenas nuevas de salvación.

 Un día William Booth (1829-1912) dijo: “Ve por almas y ve por las peores”

 El evangelio de Juan 15:5 nos recuerda lo que Jesús advirtió respecto al fruto.

                    “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo                                             en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.

 Ciertamente muchos son los llamados y pocos los escogidos, sin embargo, no todos podremos dar el mismo fruto. No sólo estamos diseñados para dar fruto sino “llevar mucho fruto”.

Recuerda, lo importante aquí es a donde puedas ser enviado pues no solo darás fruto, sino también fruto donde “otros no han podido hacerlo”. No importa si eres llamado o escogido, cuando Dios te llamo hazlo y hazlo bien. Amén.

 

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