Título del tema. Y el Verbo se Tabernaculizó
Texto bíblico. Juan 1:14 (LBT) 3a Edición
En el Antiguo Testamento muchas cosas fueron representadas a través de tipos y sombras como una forma de mostrar diversos aspectos del plan de Dios. El templo levantado en el desierto por Moisés fue esencial puesto que permitió a Dios revelar en todo su simbolismo y aspectos relativos a “Jesucristo y Su Obra expiatoria”.
¿Cuán importante era para Dios que el tabernáculo reprodujera fielmente todos los aspectos del modelo? El libro de Éxodo 25 permite considerar dos demandas hechas por Dios, “Y harán un santuario (mikdash) para mí, y habitaré (shajánti) en medio de ellos”. Éxodo 25:8-9 y luego Dios habla a Moisés diciendo: “Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte” Éxodo 25:40
Era necesario reproducir la atmosfera celestial en el ámbito terrenal a fin de que Dios pudiera manifestarse no sólo a través de la nube de día y el fuego de noche, sino también que La Shekinah de Su presencia llenara el templo, sin embargo, Hebreos 8:5 dice que la simbología del Tabernáculo sólo “sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales”.
Muchas partes del inmobiliario incluían madera y el oro que permiten apreciar la “doble naturaleza” de La humanidad de Cristo y “Su obra expiatoria”, y donde la madera (acacia) habla de La humanidad de Cristo y donde el (oro) y las cortinas de color (azul) revelan Su divinidad, el (rojo), Su humanidad y el (púrpura) Su doble “naturaleza divina y humana”.
Éxodo 40:33 (NVI) relata como Moisés “terminó la obra” y algo poderoso ocurrió.
Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba”. Éxodo 40:34-35
También Números 9:15-16 señala cuando la “nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana”.
Ahora, esta introducción permitirá comprender el texto bíblico que encontramos en el evangelio de Juan 1:1 y 14, el cual nos lleva considerar la poderosa revelación de uno de los más grandes misterios de Dios, la encarnación del Verbo. Juan 1:1 revela que “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios”.
Ahora, ¿Cuán importante es lo que revela el texto de Juan 1:14?
Las escrituras fueron traducidas del griego Kone y del hebreo por lo cual muchas palabras usadas en el texto original no han sido debidamente traducidas al castellano como la palabra griega “hábito” que significa “fijo tabernáculo” o ”tabernaculizó”
Ahora, no se pretende ser exhaustivo respecto a los términos griegos o hebreo sino mostrar la poderosa revelación detrás de la palabra “tabernaculizó”. En Juan 1:14 siendo necesario contextualizar y/o armonizar la realidad espiritual del “Verbo de Dios” consultaremos algunas traducciones bíblicas como:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14 (RV60)
“Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre”. Juan 1:14 (NTV)
“Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre
nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria
que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don amoroso y verdad”. Juan 1:14 (BCL)
“Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó entre
nosotros, y contemplamos su gloria, gloria
como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14 (LBT) 3a Edición
¿Por qué es tan importante el término “tabernaculizar”?
Juan utiliza la palabra “habito” pero en él original es la palabra “tabernaculizó” que significa “fijo tabernáculo” y donde la raíz hebrea de “tabernaculizar” es la misma raíz de la palabra hebrea “Shekinah” (presencia) y de (mishkán) “Tabernáculo”, lo cual si expone la realidad espiritual que apunta a Jesucristo el verdadero “Tabernáculo de Dios con los hombres” (Apocalipsis 21:3).
Evidentemente que la intención de Dios al instruir a Moisés “Y harán un santuario (mikdash) para mí, y habitaré (shajánti) en medio de ellos”. Éxodo 25:8-9 era tener un santuario “shajánti” para así morar entre ellos y la raíz verbal (shaján) es el mismo verbo utilizado para dar la palabra “morar o habitar”.
“Habitar o tabernaculizar”
El texto original Juan 1:1 y Juan 1:14 revela al “Unigénito de Dios” como el Verbo (Logos) el cual se “hizo carne” y utiliza la palabra “tabernaculizó entre nosotros” dando sentido a la tipología del Tabernáculo de Moisés, puesto que en cada componente está tipificado la palabra “habitar” la cual contrasta con la palabra “tabernaculizar” pues esta “captura” mejor el significado teológico de La presencia de Dios entre Su pueblo y alude al verdadero tabernáculo de Dios con los hombres, “Emmanuel”.
Al “Verbo” (Logos) se le “llama Hijo”
Ahora, al llegar al Nuevo Testamento se nos da un entendimiento más profundo de la palabra que se tradujo como “tabernaculizó”, pues el evangelio de Juan 1:1 y Juan 1:14 revelan que El Hijo, es prexistente pues antes que algo existiera ya era con “Dios, y el Verbo era Dios”.
Además, enseña que no sólo se “hizo hombre” sino que vino a “vivir entre nosotros” y el (Logos) se “hizo carne” y puso su “tienda” y “tabernaculizó entre nosotros” lo cual muestra a Jesucristo dar cumplimiento a las figuras del Tabernáculo de Moisés.
El Verbo no sólo está revelando “La preexistencia” del Hijo, sino la “Coexistencia del Hijo con el Padre”. Juan 1:1 señala:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios” Juan 1:1-2
El Verbo se “hizo hombre” y “habitó entre nosotros”.
“Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó entre nosotros, y contemplamos
su gloria, gloria
como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14 (LBT) 3a Edición
“Jesucristo” era el objetivo de existencia de todas las cosas mostrando La realidad divina del Hijo de Dios y la realidad humana del Hijo del Hombre lo cual contrasta con el pasaje paralelo de Filipenses 2:6-8 el cual revela que en una eternidad pasada se previó La Encarnación del “Emmanuel Dios con nosotros” Mateo 1:23.
Juan revela otro aspecto de la naturaleza del Verbo encarnado quien no sólo habitó, sino que “tabernaculizó” entre nosotros mostrando así un aspecto glorioso de Su Persona.
“Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre, lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14 (RV60)
Las palabras de Juan describen que antes de la creación Jesucristo “tenía” una gloria más no aquella revelada en su “encarnación” por lo cual razón un día dijo:
“Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con
aquella
gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” Juan 17:5
Las palabras de Jesús revelan no sólo Su “Coexistencia del Hijo con
el Padre” sino también “Su gloria como del unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad” ya que el “Hijo de Dios” y
el “Hijo del Hombre” son la misma persona, y a la vez divina y a
la vez humana y aunque se despojó de Su Gloria Hebreos 1:3 dice, El “resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia”.
Jesús dijo: “…nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6
Jesús es “La personalidad” divina del Verbo hecho hombre en quien se manifestó una realidad humana juntamente con la divina, por lo cual Juan advierte:
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también
ha dado al Hijo el tener vida en sí
mismo”. Juan5:26
Ahora, lo más poderoso del texto original de Juan 1:1 y Juan 1:14 es no sólo que en el “principio era el Verbo y el Verbo era con Dios” sino que el “Verbo era Dios” lo cual contrasta con Filipenses 2:6-7, el cual revela como, El Verbo siendo en “forma de Dios” no estimó ser “igual a Dios”, sino que no solo “se despojó” así mismo, sino que se hizo semejante a los hombres.
Sin embargo, Colosenses 1:19 dice que al Padre le “agradó que en el hijo habitase toda plenitud de La Deidad” y Juan 1:14 advierte que el “Verbo era Dios” y “fue hecho carne” y en este contexto la palabra “carne” implica toda la “naturaleza humana” representada en el Tabernáculo a través de la madera de acacia. Ahora, Lucas 1:35 nos recuerda el glorioso momento cuando el ángel hizo el anuncio a María diciendo:
El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Que glorioso fue el momento cuando el “poder del Altísimo cubrió con su Sombra”, la Concepción sobre natural del Verbo (Logos), el Hijo de Dios introduciéndolo al mundo donde “fijo tabernáculo” o” tabernaculizó” y “habitó” entre nosotros y así poder manifestar Su Gloria como la del “Únigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.
Muchos de estos aspectos gloriosos de alguna manera han estado ocultos debido a que al traducir los textos originales se omitieron realidades eternas reveladas a través de palabras como “hábito” y tabernaculizó”.
Tal vez el mundo conoce al Hijo de Dios a través de la tradición, pero nosotros lo conocemos por revelación siendo La Escritura la fuente más confiable para conocer acerca diversos aspectos de La persona de Jesucristo quien un día dejó su trono de gloria y se “tabernaculizó entre nosotros”.
Amén