Cuando los hijos Ministran la Gloria

Cuando los hijos son llamados a ministrar una gloria mayor.

Soplan los vientos de avivamiento para nuestra nación y para mundo

Estos son tiempos donde Dios hará cosas poderosas, derramando su Santo Espíritu sobre toda carne.

Venezuela un País Grande para manifestar la Gloria de Dios

Nuestro país es la única nación con una poderosa palabra “Tierra de Gracia”: Cristóbal Colon.

Adoración y Danza llenaran la Casa de Dios a través de los Jóvenes

Dios está capacitando una generación para avivar el fuego del Espíritu Santo en la Iglesia.

Estableciendo los Cimientos Apostólicos desde el Hogar

Dios estableció que su Palabra debía ser enseñada desde la niñez y nos acompañaría toda la vida.

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lunes, 4 de noviembre de 2024

Sirviendo al propósito de tu generación

 Introducción

A lo largo de la historia humana encontramos que diferentes generaciones dejaron huella y legado, esto es evidente con lo ocurrido con la generación industrial que cambió la historia de la humanidad a finales del siglo 19 y ahora vivimos en la generación de la tecnología lo cual hace un contraste entre las “cosas viejas” con “cosas nuevas”.

Cada generación recibió un propósito para manifestar, no sólo las realidades espirituales, sino todo lo que estas representan en el mundo físico y contrasta con las representadas por la vieja generación, pues se rigen por principios eternos” revelados en las escrituras y aplicables conforme a la iluminación y revelación, a una realidad presente.

Algunos han acuñado el término “brecha generacional” para explicar las evidentes “diferencias” existentes entre una generación y otra, y no solo en la sociedad sino también en los hogares e iglesia, y esto solo es evidencia de lo que La Biblia enseña, que no puede ser encerrado en una época o un tiempo, pues “Dios es un Dios de generaciones” y ha establecido su propósito para un tiempo específico.

Dios escoge hombres y los marca proféticamente para ser representantes de su generación, esto permite entender claramente la clave del éxito del liderazgo de David y la identidad que tenía en Dios pues comprendió su destino y se empeñó en cumplirlo conforme a La Voluntad de Dios.

Adán y Eva dieron inicio a las generaciones, familias pueblos y naciones que ocuparon la tierra como lugar para cumplir su propósito de acuerdo al plan trazado por Dios, donde el hombre es el elemento esencial para cumplirlo; el Libro de los hechos nos introduce a una dimensión que nos lleva a conocer un aspecto poderoso del plan de Dios y como David fue escogido para darle cumplimento profético.

Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción.  Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Hechos 13:36-37

La Biblia enseña que Dios no solo escogió a David sino a su generación para manifestar la Gloriosa figura de Su Hijo Jesucristo. El libro de los hechos revela esta realidad espiritual revelando la importancia de pertenecer y servir a una generación específica y todo comenzó cuando Dios desechó al rey Saúl para reinar en Israel.

Dios es un Dios de generaciones.

La Biblia revela cómo fueron los “orígenes de los cielos y la tierra” y además describe a los “descendientes de Adán”, y como se dio continuidad biológica a partir de ese punto y usa el término generación de diferentes maneras para hacer referencia a un período particular en la vida de un ser humano.

Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Génesis 5:1

 Aquí la palabra plural “generaciones” puede referirse a un período indefinido de tiempo (muchas, sucesivas) el término “genealogías” ayuda a corroborar la exactitud histórica y confirmar la existencia física de los personajes de la Biblia, el Libro de los hechos revela como David “sirvió al propósito de su propia generación” y lo más importante que lo hizo “según la voluntad de Dios”.

Ahora ¿Por qué es tan importante David en los planes de Dios?


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Levantando la generación de Isacar

Introducción

La Biblia enseña que Dios es eterno y todo lo creado cumple con un propósito y una de estas cosas, tal vez lo menos entendido y más desperdiciado por el ser humano es “el tiempo” y aunque han buscado medirlo o cuantificarlo con precisión con un reloj atómico, no se considera la verdadera importancia para lo cual se nos ha dado, el salmista; David dijo: En tu mano están mis tiempos…”. Salmo 31:15a

Ahora, ¿Qué entendemos cómo tiempo? El tiempo es una medida, no es un término abstracto sino un elemento que forma parte de la vida humana desde el mismo momento de la creación y puede ser definido en “épocas, eras o dispensaciones”, lo cual facilita su estudio y de hecho encontramos tres cosas interesantes respecto a su uso.

Primeramente: “todo tiene su tiempo y su hora debajo del cielo”, también que todo lo hizo hermoso en su tiempo” y que “aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó”. Eclesiastés 3:1,11,15

La Biblia revela que en los días cuando el rey David asumió el trono de Israel, no solo necesitó de un equipo de guerreros sino también “estrategas” que no solo pudiesen proveer estrategias con las cuales poder avanzar, sino hombres con capacidad de “discernir lo espiritual”.

Ahora La Biblia revela que existían personas con estas cualidades

 De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.1° Crónicas 12:32

Isacar, el noveno hijo de Jacob y quinto de Lea, quien dijo “Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar y sus descendientes habían sido dotados de una unción extraordinaria por Dios; eran “entendidos en los tiempos” este término viene de la palabra hebrea “biynah” la cual habla de tener discernimiento, conocer el significado, entender algo.

“Entendidos en los tiempos” solo 200 hombres de Isacar (jefes) formaban parte del equipo del rey David y se movían en un fuerte “Don profético del Espíritu” y además del conocimiento que venía de la ley y los profetas y la observación del mundo que les rodeaba y les permitía interpretar los tiempos y las épocas. 

Isacar el “asno fuerte” eran capaces de llevar la carga por Israel pues no sólo entendían “los tiempos” y la sazón” (estación, Kairos) o el tiempo adecuado para accionar, sino que sabían lo que Israel debía hacer.

La unción de Isacar es necesaria y es un elemento imprescindible dentro del mover profético de este tiempo, es una unción, un don de discernimiento espiritual el cual se manifiesta en tres mantos (unciones), la unción de prosperidad, la unción espiritual y la unción del conocimiento de los tiempos.


Ahora La Biblia revela que Dios “muda los tiempos”.

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. Daniel 2:21-22 

Primeramente; Dios es el dueño y controlador del tiempo y además puede “quitar reyes y poner reyes” conforme a su propósito, ahora en el reino de Dios existen cosas “secretas y reveladas” donde las cosas reveladas no necesitan descubrirse, pero si los secretos y misterios del Reino que Dios quiere revelarnos. Deuteronomio 29:29 


Ahora La Biblia enseña que Dios tiene su propio sentido del tiempo.

Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.2° Pedro 3:8

Ahora la eternidad es la que fundamenta el tiempo, la fuente desde donde mana y lo que le da sentido, pues Dios es Eterno, el arquitecto divino quien tiene el dominio sobre “los tiempos”, y aquí la palabra "tiempos” del hebreo Et, traduce: “período, tiempo determinado, propicio o apropiado” lo habla de un tiempo diseñado para cumplir sus propósitos eternos. 

Cuán importante es comprender la unción de los hijos de Isacar


Cuando hablamos de “tiempo” hallamos dos palabras griegas: “Cronos y Kairos” uno habla del tiempo secuencial y cronológico “Cronos” alusivo al tiempo humano, vital y el otro “Kairos” el cual no aparece en La Biblia como “palabra” pero sí como “concepto” y hace referencia al tiempo oportuno, el tiempo de Dios”.


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sábado, 28 de septiembre de 2024

Cielo nuevo y tierra nueva

Texto bíblico. Apocalipsis 21:1-8

Introducción

La Biblia es La palabra de Dios y fuente de toda revelación espiritual pues en sus páginas encontramos la descripción del diseño del Creador y esto se evidencia en la expresión: “Y vio todo lo que había hecho he aquí era bueno en gran manera” (Génesis 1:31) hasta que la trasgresión del hombre introdujo el pecado y la muerte al mundo    trastornando la creación, la cual deber ser restaurada al diseño original lo cual necesariamente debe comenzar por la tierra.

El profeta Isaías reveló Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies”. (Isaías 66:1) pero un día Jesús dijo que “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lucas 21:33), ahora esta declaración del Señor nos lleva a visualizar algo sorprendente, que existirán ¡cielos nuevos y tierra Nueva! y luego el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis es testigo de un evento extraordinario.

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Apocalipsis 21:1-2

Juan describe algo solo comparado cuando “en el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1), ve un nuevo planeta tierra, pero con cielos renovados por Dios que    revelan el diseño sorprendente de esta nueva creación, ahora ¿porque es necesario una tierra nueva y un nuevo cielo?

Los propósitos de Dios son inescrutables y su creación manifiesta su grandeza y poder, lo cual coincide con la declaración del Salmos 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.

Juan puede establecer un contraste entre lo viejo y lo nuevo pues esta “tierra y cielo nuevo” representan un cumplimento de lo declarado por los profetas y por Jesús, y aun lo dicho por el apóstol Pedro.

A quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.

                                                                                                                                             Hechos 3:21

La revelación bíblica nos muestra que después de la resurrección y ascensión del Señor Jesucristo se dio inicio a todo el programa Divino que llevará a la restauración de todas las cosas, lo cual llevará a la creación de “tierra y cielos nuevos” y con ellos el establecimiento de un nuevo orden en la creación.

La profecía bíblica predice la restauración de todas las cosas, ahora ¿qué cosas serán restauradas y cuándo ocurrirá esta restauración? El contexto bíblico indica que aquello que ha de ser restaurado ha perdido su esencia o diseño original lo cual requiere devolverle su aspecto o función previa y una de las cosas que debe ser restaurada es la creación.

La visión de Juan revela que las cosas viejas” ya no son representativas del diseño original de la creación pues el “viejo cielo y la vieja tierra” representan “las cosas movibles” que deben dar paso a las cosas inconmovibles del reino eterno de Dios y La Biblia revela:

La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 

                                                                                                                                    Hebreos 12:26-27

Jesús advirtió El cielo y la tierra pasarán” (Marcos 13:31) y serán sustituidos por los cielos nuevos y la tierra nueva y ratificado por el mismo Señor quien sentado en Su trono, dirá: “¡hago nuevas todas las cosas!” (Apocalipsis 21:5).


Ahora este cielo y tierra nueva” son representativos de la acción creativa de Dios donde la palabra hebrea “bará” significa crear de la nada en lugar de rehacer algo a partir de un material existente, lo cual estará representado por una nueva creación que viene a tomar lugar porque a la antigua había sido gravemente dañada por el pecado.


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sábado, 31 de agosto de 2024

A partir de hoy te bendeciré

 Introducción  

La Biblia enseña que desde el momento de la creación Dios estableció al sol y la luna como lumbreras para separar el día de la noche, pero además con un propósito “y sirvan de señales para las estaciones, para días y años” con lo cual establecía un orden para la siembra y la cosecha, y al hombre entregó la capacidad de administrar estos recursos para su beneficio. 

El principio bíblico enseña: “Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga” y además Dios estableció los tiempos para la siembra y la cosecha y de hecho ordenó a la tierra producir planta que dé semilla y árboles que den frutos. Génesis 1:29

En sus enseñanzas Jesús usó tanto “la parábola de la semilla de mostaza” y “la parábola de la levadura” como una forma de representar la acción y naturaleza del reino de Dios que va creciendo y extendiéndose cada vez más de una manera imperceptible hasta penetrar y transformar nuestro mundo de una manera poderosa.

Ahora cuando vivimos en la era de la tecnología, las nuevas generaciones desconocen la importancia de la agricultura, presente por siglos como símbolo de prosperidad y bienestar, y de cierto una de las formas más importantes diseñadas por Dios para el abastecimiento y productividad de alimentos necesarios para la vida del ser humano.

Dentro de la revelación bíblica encontramos que en muchas ocasiones el simbolismo profético trae comprensión de verdades espirituales escondidas en diversos elementos naturales, los cuales reflejan la dimensión del mundo espiritual y el propósito de Dios de revelar su voluntad; en cierta oportunidad el profeta Hageo hace un anuncio en nombre de Dios:  

¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; más desde este día os bendeciré. Hageo 2:19 RV60


¿Qué quiere decir Hageo con estas palabras?

Como profeta de Dios está anunciando que algo sobrenatural está por suceder y está relacionado con “La Higuera, el Olivo y la Viña” elementos representativos de la economía de la nación de Israel.

Dentro de la cultura hebrea tanto el fruto como la semilla eran sinónimos de bendición y bienestar que traían gozo al corazón del agricultor, pero también trae gloria y honra al creador y tener los graneros llenos representaban la bendición del Dios de los cielos.

Ahora para comprender las palabras de Hageo necesitamos conocer cuál es el contexto “histórico y profético” por el cual son anunciadas estas cosas, pues culminado el periodo de 70 años de cautividad (Jeremías 25:11-12 y Daniel 9:2) se da inicio a la restauración del templo de Dios en Jerusalén.

Hageo está amonestando a un pueblo cuyas prioridades no son acordes con los intereses de Dios, de hecho dice: “No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada”. Hageo 1:2b

A través del profeta Hageo Dios denuncia la deliberada acción del pueblo; habitar en “vuestras casas artesonadas” y en contraste la casa de Jehovah está “desierta” lo cual Dios les exhorta.

Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Hageo 1:5

Esta disposición del pueblo a no obedecer acarreó escasez, Sembráis mucho, y recogéis poco” por lo cual les hace una sugerencia “Meditad sobre vuestros caminos” pero también obedecer para que esta situación cambie.

Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. Hageo 1:8

A través de Hageo Dios denuncia la disposición de desidia e irresponsabilidad del pueblo y hace de su conocimiento que la consecuencia de su aptitud trajo drásticas consecuencias.

Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.

                                                                                                                                      Hageo 1:10-11

El descuido de la casa del Señor acarreo que tanto la lluvia, y los frutos de la tierra fueran muy escasos ante lo cual tanto el liderazgo (Zorobabel, el Sumo sacerdote) junto con el resto del pueblo “escucharon” la voz de Jehová su Dios, en las palabras del profeta Hageo y “temió” el pueblo delante de Jehová.

Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios, en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío. Hageo 1:14-15

La acción de Dios provocó un despertar espiritual lo cual se evidencio que todos vinieron y trabajaron en la casa de Jehová  de los ejércitos, su Dios.

Ahora el relato bíblico nos lleva al mes séptimo donde viene palabra de Jehová a Zorobabel y nos permite ver el contraste entre descuido del pueblo con la Casa de Jehová y la falta del liderazgo, y entonces vino la palabra de Jehová al profeta Hageo y presenta una interrogante. 

¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos? Hageo 2:3

Ahora la voz profética de Hageo viene para dar aliento a Zorobabel, a Josué el sumo sacerdote y al pueblo, para animarles a esforzarse a trabajar, pero algo más importante: “Porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos”. Hageo 2:4c.


Vemos que partir de ese momento el Señor está anunciando una serie de eventos trascendentes, desde hacer “temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y   a todas las naciones” lo cual será el preámbulo del más grande de los eventos proféticos, la venida del “Deseado de todas las naciones” y entonces “llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Hageo 2:5-8



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El Crecimiento lo da Dios

 Introducción.

Si queremos conocer las facetas del ser humano La Biblia es nuestra mejor referencia pues allí se nos revelan los principios de la vida y el propósito que Dios estableció en el hombre y todos y cada una de las etapas relacionadas desde su nacimiento, crecimiento, hasta completar el ciclo de vida.

También nos revela ciertos principios que rigen tanto lo natural como lo espiritual, lo cual nos permite comprender las razones por las que Jesús usaba un lenguaje sencillo (parábolas) que le permitía usar la figura de la semilla para revelar algunos principios relacionados con el Reino de Dios.

En sus enseñanzas uso el ciclo natural de la semilla y además la figura de la semilla de “mostaza y la levadura” como referencia para revelar una realidad espiritual del Reino de Dios, su crecimiento y expansión en la tierra, pero además verdades y principios espirituales del Evangelio del reino.


¿Cuál es la importancia del crecimiento?

Para Jesús era importante que sus oyentes comprendieran claramente sus enseñanzas para lo cual usaba elementos bien conocidos como la semilla para mostrar misterios del reino de Dios imperceptibles para el sembrador.

Así como la semilla debe cumplir el proceso natural de germinación y crecimiento hasta alcanzar el fruto, de la misma manera es necesario e imprescindible el crecimiento espiritual en la vida del creyente a fin de completar el desarrollo del hombre moral y espiritualmente responsable, y prepararse para servir conforme a los dones recibidos y estas premisas son las que Pablo busca en los corintios.

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.  Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 1° Corintios 3:1-4 (Traducción) RV60

Pablo quería hablarles como espirituales y encuentra que son carnales como niños en Cristo y les recuerda que no están para la “leche espiritual” sino para entender y comprender las verdades espirituales (viandas) pero la carnalidad, distensiones y contiendas entre ellos “soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos” muestran su falta de crecimiento e inmadurez espiritual.  

                                                                                                        

La inmadurez espiritual

Al creyente inmaduro se lo llama “carnal” y a los que han madurado se los llama “espirituales”, ahora nadie llega a “madurar espiritualmente” si no ha vivido las etapas naturales del crecimiento para ser calificado como un creyente maduro. 

Después de todo, ¿quién es Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor nos encargó.  Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer.  No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. 

                                                                                                  1° Corintios 3:5-8(Traducción) NTV

Para Pablo lo importante no es lo que (él y Apolos) hicieron (consolidar y discipular) pues solo colocaron la semilla (evangelio) sino la acción directa de Dios que permitió que lo hecho por ellos prosperara, Dios dio el crecimiento, sin embargo, en el caso de los corintios el descuido e inmadurez permitieron que:


a)    Primeramente, los “celos, contiendas y disensiones”

b)    El otro problema era, “yo soy de Pablo, Apolos”


Esta situación afectaba la unidad que debía existir en la iglesia y eran señales de la falta de “madurez y crecimiento espiritual”, ahora, ¿quién era Apolos?


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domingo, 4 de agosto de 2024

El trigo y la semilla

 Introducción

  

La Biblia revela que desde el principio de la creación Dios, el Rey soberano del reino de los cielos, decidió extender su reino y creó al hombre en quien quiso verse reflejado y manifestado su reino pues es el único ser que manifiesta Su “imagen y semejanza” con el propósito de “enseñorease, multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgarla y para señorear” sobre lo creado, y de esta manera extender su territorio y el dominio de su reino. 


La Biblia enseña que cuando el hombre pecó todo este dominio pasó a manos de Satanás por lo cual viene la sentencia sobre la simiente de la serpiente y la promesa sobre la simiente de la mujer la cual se cumpliría con Jesucristo en la cruz del calvario.


  En cierta oportunidad Jesús enseñó un principio.


Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” lo cual permite considerar que el concepto del reino es real, es invisible y está presente en todo lo creado por Dios.


Los evangelios de “Lucas Marcos y Mateo” describen dos de las enseñanzas más poderosas de Jesús, la “parábola del sembrador” y la “parábola del trigo y la cizaña” como una manera de revelar los principios del gobierno celestial del reino y la administración que Dios planificó y designó al hombre para ejercer ese mandato aquí en la tierra.


Otro de los elementos presentes en estas parábolas es la “semilla” a través de la cual Jesús enseña ciertos principios relacionados con el reino y asociados con el potencial de la semilla para producir cosechas frutos y más semillas, y dar continuidad a los ciclos de reproducción y cosechas según su especie pues Dios lo dispuso de esta manera y dar así continuidad a la acción de reproducirse y multiplicarse sobre la tierra.


Lo primero que Jesús establece: “He aquí, el sembrador salió a sembrar”


Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Mateo 13:4-8

 

Jesús recurre a la parábola del sembrador para introducir unos principios relacionados con el reino de Dios y la influencia directa del Cielo en la tierra.



La semilla y el terreno


Ciertamente ambos son de importancia para que haya germinación y el nacimiento de una nueva planta, pero Jesús centra su enseñanza en un detalle; “parte” de la semilla “cayó” en diferentes terrenos, unas “junto al camino”, otras en “pedregales” y otras “entre espinos” lo cual indica que no fueron sembradas, sino que cayeron durante el tiempo de sembrar y no permitieron a la planta crecer y desarrollarse.


Ahora sus discípulos comprendieron que había algo que el Señor no había revelado.


Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Mateo 13:10-11


Jesús es el representante legítimo del reino de Dios en la tierra y resalta a sus discípulos que solamente a ellos y no la gente común le serán revelados estos misterios, por lo cual las parábolas transmiten términos comprensibles para los oyentes quienes conocen todo lo relativo a la siembra y cosecha. 


Ahora ¿cuán importante es esta parábola?


El plan de Dios fue de extender Su Reino celestial a través del hombre a quien dio la capacidad de “enseñorease, multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgadla y para señorear” sobre lo creado   ante lo cual Jesús revela el significado espiritual de esta parábola.  


“…Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, 

entenderéis todas las parábolas?” Marcos 4:13


Jesús enseña que el reino de los cielos obedece a leyes eternas creadas por Dios y sujetas bajo principios divinos establecidos antes de la fundación del mundo: “He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla” lo cual establece un principio: Jamás habrá cosecha si el sembrador no siembra la semilla.

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