Cuando los hijos Ministran la Gloria

Cuando los hijos son llamados a ministrar una gloria mayor.

Soplan los vientos de avivamiento para nuestra nación y para mundo

Estos son tiempos donde Dios hará cosas poderosas, derramando su Santo Espíritu sobre toda carne.

Venezuela un País Grande para manifestar la Gloria de Dios

Nuestro país es la única nación con una poderosa palabra “Tierra de Gracia”: Cristóbal Colon.

Adoración y Danza llenaran la Casa de Dios a través de los Jóvenes

Dios está capacitando una generación para avivar el fuego del Espíritu Santo en la Iglesia.

Estableciendo los Cimientos Apostólicos desde el Hogar

Dios estableció que su Palabra debía ser enseñada desde la niñez y nos acompañaría toda la vida.

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sábado, 31 de agosto de 2024

El Crecimiento lo da Dios

 Introducción.

Si queremos conocer las facetas del ser humano La Biblia es nuestra mejor referencia pues allí se nos revelan los principios de la vida y el propósito que Dios estableció en el hombre y todos y cada una de las etapas relacionadas desde su nacimiento, crecimiento, hasta completar el ciclo de vida.

También nos revela ciertos principios que rigen tanto lo natural como lo espiritual, lo cual nos permite comprender las razones por las que Jesús usaba un lenguaje sencillo (parábolas) que le permitía usar la figura de la semilla para revelar algunos principios relacionados con el Reino de Dios.

En sus enseñanzas uso el ciclo natural de la semilla y además la figura de la semilla de “mostaza y la levadura” como referencia para revelar una realidad espiritual del Reino de Dios, su crecimiento y expansión en la tierra, pero además verdades y principios espirituales del Evangelio del reino.


¿Cuál es la importancia del crecimiento?

Para Jesús era importante que sus oyentes comprendieran claramente sus enseñanzas para lo cual usaba elementos bien conocidos como la semilla para mostrar misterios del reino de Dios imperceptibles para el sembrador.

Así como la semilla debe cumplir el proceso natural de germinación y crecimiento hasta alcanzar el fruto, de la misma manera es necesario e imprescindible el crecimiento espiritual en la vida del creyente a fin de completar el desarrollo del hombre moral y espiritualmente responsable, y prepararse para servir conforme a los dones recibidos y estas premisas son las que Pablo busca en los corintios.

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.  Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 1° Corintios 3:1-4 (Traducción) RV60

Pablo quería hablarles como espirituales y encuentra que son carnales como niños en Cristo y les recuerda que no están para la “leche espiritual” sino para entender y comprender las verdades espirituales (viandas) pero la carnalidad, distensiones y contiendas entre ellos “soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos” muestran su falta de crecimiento e inmadurez espiritual.  

                                                                                                        

La inmadurez espiritual

Al creyente inmaduro se lo llama “carnal” y a los que han madurado se los llama “espirituales”, ahora nadie llega a “madurar espiritualmente” si no ha vivido las etapas naturales del crecimiento para ser calificado como un creyente maduro. 

Después de todo, ¿quién es Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor nos encargó.  Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer.  No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. 

                                                                                                  1° Corintios 3:5-8(Traducción) NTV

Para Pablo lo importante no es lo que (él y Apolos) hicieron (consolidar y discipular) pues solo colocaron la semilla (evangelio) sino la acción directa de Dios que permitió que lo hecho por ellos prosperara, Dios dio el crecimiento, sin embargo, en el caso de los corintios el descuido e inmadurez permitieron que:


a)    Primeramente, los “celos, contiendas y disensiones”

b)    El otro problema era, “yo soy de Pablo, Apolos”


Esta situación afectaba la unidad que debía existir en la iglesia y eran señales de la falta de “madurez y crecimiento espiritual”, ahora, ¿quién era Apolos?


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domingo, 4 de agosto de 2024

El trigo y la semilla

 Introducción

  

La Biblia revela que desde el principio de la creación Dios, el Rey soberano del reino de los cielos, decidió extender su reino y creó al hombre en quien quiso verse reflejado y manifestado su reino pues es el único ser que manifiesta Su “imagen y semejanza” con el propósito de “enseñorease, multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgarla y para señorear” sobre lo creado, y de esta manera extender su territorio y el dominio de su reino. 


La Biblia enseña que cuando el hombre pecó todo este dominio pasó a manos de Satanás por lo cual viene la sentencia sobre la simiente de la serpiente y la promesa sobre la simiente de la mujer la cual se cumpliría con Jesucristo en la cruz del calvario.


  En cierta oportunidad Jesús enseñó un principio.


Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” lo cual permite considerar que el concepto del reino es real, es invisible y está presente en todo lo creado por Dios.


Los evangelios de “Lucas Marcos y Mateo” describen dos de las enseñanzas más poderosas de Jesús, la “parábola del sembrador” y la “parábola del trigo y la cizaña” como una manera de revelar los principios del gobierno celestial del reino y la administración que Dios planificó y designó al hombre para ejercer ese mandato aquí en la tierra.


Otro de los elementos presentes en estas parábolas es la “semilla” a través de la cual Jesús enseña ciertos principios relacionados con el reino y asociados con el potencial de la semilla para producir cosechas frutos y más semillas, y dar continuidad a los ciclos de reproducción y cosechas según su especie pues Dios lo dispuso de esta manera y dar así continuidad a la acción de reproducirse y multiplicarse sobre la tierra.


Lo primero que Jesús establece: “He aquí, el sembrador salió a sembrar”


Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. Mateo 13:4-8

 

Jesús recurre a la parábola del sembrador para introducir unos principios relacionados con el reino de Dios y la influencia directa del Cielo en la tierra.



La semilla y el terreno


Ciertamente ambos son de importancia para que haya germinación y el nacimiento de una nueva planta, pero Jesús centra su enseñanza en un detalle; “parte” de la semilla “cayó” en diferentes terrenos, unas “junto al camino”, otras en “pedregales” y otras “entre espinos” lo cual indica que no fueron sembradas, sino que cayeron durante el tiempo de sembrar y no permitieron a la planta crecer y desarrollarse.


Ahora sus discípulos comprendieron que había algo que el Señor no había revelado.


Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Mateo 13:10-11


Jesús es el representante legítimo del reino de Dios en la tierra y resalta a sus discípulos que solamente a ellos y no la gente común le serán revelados estos misterios, por lo cual las parábolas transmiten términos comprensibles para los oyentes quienes conocen todo lo relativo a la siembra y cosecha. 


Ahora ¿cuán importante es esta parábola?


El plan de Dios fue de extender Su Reino celestial a través del hombre a quien dio la capacidad de “enseñorease, multiplicarse, llenar la tierra, sojuzgadla y para señorear” sobre lo creado   ante lo cual Jesús revela el significado espiritual de esta parábola.  


“…Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, 

entenderéis todas las parábolas?” Marcos 4:13


Jesús enseña que el reino de los cielos obedece a leyes eternas creadas por Dios y sujetas bajo principios divinos establecidos antes de la fundación del mundo: “He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla” lo cual establece un principio: Jamás habrá cosecha si el sembrador no siembra la semilla.

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La semilla de mostaza y el reino de Dios

Introducción 



Una de las figuras más representativas del gobierno terrenal es la figura del rey quien representa un reino, el término “rey y reino” hablan de un estado monárquico, “Malkuth (hebreo) y Basilea (griego)” donde la autoridad máxima es un rey quien representa dicho reino, tiene su propia constitución y leyes por medio de los cuales gobierna sobre un territorio y sus ciudadanos.


Uno de los reinos más representativos en la actualidad es el reino de Inglaterra o los Países Bajos, pero también es usada de forma ilustrativa para hablar o calificar a individuos respecto a lo que hacen como el caso de Michael Jackson (rey del pop) o Tina Turner (la reina del rock).


Ahora, el concepto de reino nació en el corazón del hombre pues su creador lo depositó en su corazón para cumplir un propósito, ser el representante del reino de Dios en la tierra como administrador o mayordomo de lo creado.


Durante su ministerio terrenal Jesús habló mucho acerca del Reino de Dios como un tema importante en sus enseñanzas al punto que necesitó las parábolas como una manera de ilustrar la naturaleza, sus diversas facetas y su avance misterioso en la tierra.  

 

¿Cómo puede hacer visible el reino de Dios?


Para Jesús las parábolas eran una forma efectiva de proyectar una visión adecuada del Reino de Dios desde su inauguración hasta su consumación como algo real, lo cual difería   de lo que realmente Dios anunció y lo que ellos esperaban.


Decía, además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.  Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. Marcos 4:26-29


Las parábolas permitían a Jesús mostrar las realidades espirituales del reino y su manifestación en la tierra: “Así es el reino de Dios” y “la semilla brota y crece sin que él sepa cómo” además dio nuevo entendimiento a términos como “el sembrador, la semilla y el terreno” como elementos esenciales de sus enseñanzas para ilustrarlas.



Las parábolas permitieron a Jesús enseñar acerca del Reino de Dios y su verdadero significado para que se cumpliese lo dicho por el profeta cuando dijo “hablaré en parábolas anunciaré cosas que están ocultas desde la creación del mundo”; sin embargo, Jesús hace una pregunta.


“¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?” Marcos 4:30


¿Ahora, existe algo en la tierra semejante al Reino de Dios? y la respuesta a esta pregunta el mismo Jesús la da; es como “el grano de mostaza” y ¿cómo es un grano de mostaza?


“…es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra. Marcos 4:31-32


¿Ahora cuál es el punto de comparación entre la semilla de mostaza y El reino?


Es la “simplicidad y la grandeza” del reino de Dios en contraste con el “tamaño” que alcanza de la semilla de mostaza una vez sembrada, crece y llega a ser la mayor de las hortalizas, ahora Pablo enseña sobre ese principio: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”.  1° Corintios 3:6  


Jesús no solo utiliza la parábola de la semilla de mostaza para ampliar las enseñanzas de otras parábolas como la del “sembrador, la cizaña y el trigo”, sino que añade la parábola de “la levadura”, pues en su conjunto las parábolas revelan verdades espirituales y misterios del Reino de Dios.

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