Introducción.
Si queremos conocer las facetas del ser humano La Biblia es nuestra mejor referencia pues allí se nos revelan los principios de la vida y el propósito que Dios estableció en el hombre y todos y cada una de las etapas relacionadas desde su nacimiento, crecimiento, hasta completar el ciclo de vida.
También nos revela ciertos principios que rigen tanto lo natural como lo espiritual, lo cual nos permite comprender las razones por las que Jesús usaba un lenguaje sencillo (parábolas) que le permitía usar la figura de la semilla para revelar algunos principios relacionados con el Reino de Dios.
En sus enseñanzas uso el ciclo natural de la semilla y además la figura de la semilla de “mostaza y la levadura” como referencia para revelar una realidad espiritual del Reino de Dios, su crecimiento y expansión en la tierra, pero además verdades y principios espirituales del Evangelio del reino.
¿Cuál es la importancia del crecimiento?
Para Jesús era importante que sus oyentes comprendieran claramente sus enseñanzas para lo cual usaba elementos bien conocidos como la semilla para mostrar misterios del reino de Dios imperceptibles para el sembrador.
Así como la semilla debe cumplir el proceso natural de germinación y crecimiento hasta alcanzar el fruto, de la misma manera es necesario e imprescindible el crecimiento espiritual en la vida del creyente a fin de completar el desarrollo del hombre moral y espiritualmente responsable, y prepararse para servir conforme a los dones recibidos y estas premisas son las que Pablo busca en los corintios.
De manera que yo, hermanos,
no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en
Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni
sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros
celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como
hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro:
Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 1° Corintios 3:1-4 (Traducción) RV60
Pablo quería hablarles como espirituales y encuentra que son carnales como niños en Cristo y les recuerda que no están para la “leche espiritual” sino para entender y comprender las verdades espirituales (viandas) pero la carnalidad, distensiones y contiendas entre ellos “soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos” muestran su falta de crecimiento e inmadurez espiritual.
La inmadurez espiritual
Al creyente inmaduro se lo llama “carnal” y a los que han madurado se los llama “espirituales”, ahora nadie llega a “madurar espiritualmente” si no ha vivido las etapas naturales del crecimiento para ser calificado como un creyente maduro.
Después de todo, ¿quién es
Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los
cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo
que el Señor nos encargó. Yo planté la semilla en sus corazones, y
Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. No importa quién
planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla.
1° Corintios 3:5-8(Traducción)
NTV
Para Pablo lo importante no es lo que (él y Apolos) hicieron (consolidar y discipular) pues solo colocaron la semilla (evangelio) sino la acción directa de Dios que permitió que lo hecho por ellos prosperara, Dios dio el crecimiento, sin embargo, en el caso de los corintios el descuido e inmadurez permitieron que:
a) Primeramente,
los “celos,
contiendas y disensiones”
b)
El
otro problema era, “yo soy de Pablo, Apolos”