Versículo: 1° Reyes 17:1
Introducción.
La Biblia contiene secretos
codificados en figuras y simbolismos mediante los cuales Dios ha provisto
revelación de muchas cosas que interactúan en la vida del ser humano y esto lo
enseña el apóstol Pablo cuando escribió que “las cosas que no se ven son más
importantes que Las que se ven” porque su manifestación en lo natural son
el reflejo de lo espiritual. 2° Corintios 4:18
Ahora algunos enseñan que existen verdades paralelas
que permiten ver más allá de las cosas naturales y son utilizadas como analogía
tanto en el sentido literal como figurado para revelar la condición espiritual
del pueblo de Dios o una nación lo cual trae la bendición y prosperidad
espiritual.
La Biblia enseña que Dios es el buen benefactor de la
humanidad y una de las cosas que hace es hacer “llover sobre justos y sobre
injustos”, pues el agua es un elemento único en la naturaleza tan
necesario para el sustento de la vida y la agricultura y la falta de ésta
produce sequía, lo cual se traduce en falta de alimentos, en la Escritura el
agua está presente en muchos textos para revelar una verdad espiritual.
El relato bíblico describe como Israel había caído una
vez más en la idolatría debido a que Jezabel había levantado un “sistema
ocultista e idolátrico” a Baal dirigido por 450 sacerdotes de Baal y
400 de Asera, lo cual les llevó a experimentar un gran oscurantismo espiritual
ante lo cual Jehovah trae al profeta Elías.
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de
Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que
no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. 1° Reyes 17:1
Elías profetizó no “habrá lluvia y rocío en estos
años por mi palabra”, como profeta desafió a Baal proclamando que
Jehová tenía el control sobre la naturaleza dando así comienzo a una gran lucha
espiritual contra del “paganismo e idolatría” que había
llevado a la nación a tal debacle espiritual traer un avivamiento espiritual a
la nación.
Elías era un profeta que vivía en la “presencia
de Dios” y sus palabras provocaron una gran “sequía” que contrastaba
con la ceguera espiritual que sufría la nación como consecuencia de su extravío
y adoración a dioses ajenos que les llevó a tener dualidad de corazón y
espíritu, que los hacía claudicar.
Existía la creencia que deidades como (Baal) controlaban
“la
lluvia y el roció” elementos indispensables para su manifestación.
La Biblia enseña “De Jehová es la tierra y su plenitud; El
mundo, y los que en él habitan”, esto indica que todo lo que creado
cumple un propósito, Israel era considerado el pueblo de Dios y debido a esta
situación Elías confrontó directamente el poder de Jezabel quien había
perseguido y dado muerte a los profetas y establecido un sistema idolátrico que
incluía sacrificios y adoración, a Baal.
Ahora, en contraste con este escenario sequía, Elías
recibe la orden de esconderse en Querib donde no solo sería alimentado
sobrenaturalmente (por cuervos) sino que tendría provisión de agua hasta que el
arroyo se secó y fue enviado a la viuda de Sarepta de Sidón para que lo
alimentarse hasta que fuera el tiempo y muchos días después vino La palabra de
Dios en el tercer año.
“Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz
de la tierra”. 1° Reyes 18:1-2
Israel era un país agrícola y ganadero y dependía de
las lluvias para su subsistencia y había sufrido la carencia de lluvias por más
de tres años y está “sequía natural” es sinónimo de una “sequía espiritual” que
sufría el pueblo debido a su extravío, las palabras del profeta no solo
transtornaron el ámbito natural, sino que, sino que evidenció la condición espiritual
de la nación.
El texto bíblico enseña que pasado el tiempo Elías
recibe las instrucciones de Dios:
Envía, pues, ahora y
congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta
profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa
de Jezabel, ..”
1° Reyes 18:19-20
La Biblia enseña que “todo tiene su hora bajo el
cielo” y vemos que durante tres años la lluvia no cayó sobre la tierra y, ahora
Elías en lo alto del Carmelo debía confrontar al pueblo y a los sacerdotes pues
allí estuvo un altar dedicado a la adoración de Jehová, pero estaba “arruinado”
años sin ser utilizado, repleto de basura y reliquias, no había adoración a
Dios, el fuego se había apagado.
Ahora, Elías confronta al pueblo: “¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en
pos de él”. La palabra “claudicar” viene de “vacilar”
en hebreo “pasákj” raíz primaria; brincar, (figurativamente) saltar
encima (o librar); por impl. vacilar; también (literalmente) “cojera,
danzar: - andar, claudicar, pasar, quedar cojo, saltar”.
Elías era el único representante de Dios y Baal
contaba con 450 sacerdotes más 400 de Asera lo cual teóricamente era una
desventaja sin embargo ordenó que le fueran dados dos bueyes que debían ser cortados
en pedazos y colocados sobre la leña, pero añadió un detalle, el dios que
hiciera descender “fuego del cielo” y encendiera la leña esta sería el “dios
verdadero” y esto agradó al pueblo que respondió. “Bien dicho”.
Elías estaba confiado en el
poder de Dios.
Las palabras del profeta marcaban la diferencia
respecto a las expectativas de estos sacerdotes paganos quienes pasadas muchas
horas saltaron y clamaron pero no había “voz ni quien respondiera”.
Elías se burlaba de ellos diciendo “tal
vez duerme, y hay que despertarle” hasta que pasado el mediodía “no
hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase” ante lo cual Elías
procedió a ordenar el altar que estaba desarreglado.
Edificó con las piedras un altar en el nombre de
Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas
de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso
sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre
el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo
hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, de
manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de
agua la zanja. 1° Reyes 18:32-35
“La leña y el fuego” eran elementos esenciales en el altar de sacrificio,
pero “el
agua” era un elemento natural para contrarrestar la acción del
fuego, ¿Ahora, porque era tan importante el agua?, en aquel momento era el
elemento que más escaseaba y fue lo que Elías pidió, ¿de dónde se proveyó Elías
de tan preciado líquido?
Recordemos que Elías era un profeta y la unción
sobrenatural sobre su vida fue evidente en los días que estuvo con la viuda
donde la harina y el aceite no escasearon; todo estuvo listo, Elías arregló el
altar y activo un escenario profético para lo cual ordenó echar agua
abundantemente, 4 cantaros (3) tres veces, hasta que la zanja se hubiese
llenado lo que añadió un elemento que determinaría contundentemente quien era
el Dios verdadero.
El fuego vendría del cielo y el agua era un elemento
natural necesario para la manifestación
del Dios verdadero, fue provisto sobrenaturalmente.
Cuando llegó la hora de
ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de
Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y
que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová,
eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. 1° Reyes 18:36-37
Elías no solo era un profeta verdadero sino un
reformador, espiritual de Israel, “oro a Dios” y espero la respuesta,
reconoció que todo lo que había hecho era por mandato suyo y clamo para que
hiciera volver el corazón del pueblo hacia Él, ahora existía una diferencia
entre estos dos altares, el agua derramada sobre el holocausto y que llegaba
hasta la zanja.
“Ahora Elías clamó y Dios respondió!
Y el fuego consumió el agua del altar y lamió el agua
El fuego siempre estuvo presente como una
manifestación de la aceptación de los sacrificios y holocaustos pero el agua
fue un elemento refrescante en medio de aquel ambiente tan seco lo cual era la
nota especial que daba Dios a este glorioso momento, recordemos que durante
tres años y medio no había llovido y ahora podríamos visualizar cómo se da
comienzo al desatar de las lluvias desde el altar, en lo alto del Carmelo, que
culmina con la nube en forma de mano que verá el siervo del profeta.
Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en
la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el
Dios, Jehová es el Dios! 1°Reyes 18:36-37
Que escena más poderosa, el fuego “lamio el agua” y “La
gloria de Dios” se manifestó, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
respondió encendiendo nuevamente el altar restaurado con el fuego Santo de Su
presencia, dando inicio a un nuevo tiempo para la nación, ahora el pueblo
eufórico reconoció, ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
El fuego era la manifestación ante el pueblo
Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de
reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a
todo el pueblo. Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el
holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo,
alabaron, y se postraron sobre sus rostros. Levítico 9:23-24
Ahora los de Baal no tenían un dios en el cielo que
contestara con fuego, pues a diferencia del fuego para el sacrificio
provisto por sacerdote que consumía el holocausto, grosuras sobre el altar en
el Tabernáculo, ahora el holocausto estaba sobre la leña del altar arreglado
por el profeta y de pronto ¡el fuego cayó del cielo!, la cumbre del Carmelo fue
trasformada por un gran altar en llamas y lo más extraordinario, el fuego
“lamió el agua” que estaba en la zanja algo jamás visto.
Jehová había exigido que el fuego del altar debía
estar permanentemente encendido y no debía apagarse, debía ser continuo y
constante y ahora el contexto bíblico nos enseña que toda esta manifestación
tenía un propósito, Dios buscaba “glorificarse a Sí mismo entre el pueblo”
que se postró y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
Vemos que posteriormente la narración bíblica muestra
la decisión del profeta de ejecutar a los sacerdotes del culto a Baal y ordena
a su siervo a subir en siete oportunidades a lo alto del monte hasta ver la
manifestación de la lluvia en forma de una nube parecida a una mano y entonces:
“...él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y
desciende,
para que la lluvia no te ataje”. 1° Reyes 18:44c
¡Que
la lluvia no te ataje
Vemos que la oración de Elías fue capaz de ¡cerrar los
cielos! y cómo la oración de Elías fue capaz de ¡abrirlos otra vez!, Sube, come
y bebe; porque una lluvia grande se oye: el profeta estaba anunciando que la
adoración oficial de Baal había sido derrotada por lo cual el
propósito de la sequía se había cumplido.
Y aconteció, estando en esto, que los cielos se
oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino
a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus
lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel”. 1° Reyes 18:44-46
La lluvia estaba en camino; Elías oraría y Acab
comería y vino la orden; “Unce tu carro y desciende, para que la
lluvia no te ataje”, vemos que la mano de jehová estaba sobre Elías el
cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab.
Ahora cuántas naciones están bajo el poder del
oscurantismo espiritual donde sus líderes han doblado sus rodillas ante Baal y
han provocado “sequía espiritual” pues han abandonado el altar dedicado al
Dios vivo y ha quedado arruinado por el desuso contraviniendo el deseo del
Señor “el fuego del altar debe arder continuamente”.
El llamado es volver al altar y edificarlo, arreglarlo
y colocar en él holocausto y Dios levantará profetas para que ordenen abrir la
zanja profunda alrededor y vaciar las medidas de agua de los cantaros hasta
tres veces, muchas cosas han pasado durante estos “tres años y medio” pero
la orden es, arreglar el atar que ha estado descuidado, la voz profética
anuncia que la lluvia será restaurada en nuestra nación, iglesias y nuestras vidas.
El deseo del Dios vivo es que su pueblo vuelva su
rostro a Él, es necesario devolver la vida a nuestros altares para que el fuego
nunca se apague, hay cosas que deben ser “desactivadas” y otras “activadas”
por la voz del profeta y esto viene representado por la lluvia, todo lo
que ha estado seco por los últimos tres años y medio debe ser restaurado a
su temporada natural.
Es tiempo de lluvias
El profeta declara, se oye la lluvia, sube al monte y
ve, prepárate para correr que la lluvia no te ataje, terminó la sequía y es “tiempo
de reverdecer”, la voz profética producirá la lluvia abundante en
nuestras vidas: La biblia enseña que nuestro Dios hace cosas extraordinarias.
A su voz se produce
muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la
tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
Jeremías 10:13
El profeta puede cambiar nuestra estación
y hacer que la lluvia caiga otra vez, la orden es subir 7
veces al monte y el milagro tomará forma de nube como la mano de
un hombre, los que entienden esto no dejan pasar al profeta; Llegó el
cambio de estación, de la sequía a la lluvia, tiempo de restitución, Dios
utiliza a los profetas para revelar sus propósitos en las vidas de
los ministerios, Amén.