La Biblia revela que Dios ha establecido su trono eterno en los cielos
desde dónde ejerce su gloriosa voluntad, y aparte del vasto universo creó
innumerables criaturas que ministran su presencia, lo cual revela una gloriosa
realidad espiritual que trasciende más allá de nuestros sentidos dónde lo
majestuoso y glorioso de este mundo invisible se centra en Su Persona y Su
Trono Celestial desde el cual gobierna y administra su reino eterno.
La Biblia revela que existe una dimensión espiritual donde solo por “revelación
del Espíritu” o estando en “el Espíritu” pueden ser
reveladas “porque
se han de discernir espiritualmente” pues nuestro
entendimiento y sabiduría son limitados a la lógica o
razonamientos humanos impidiéndonos comprender ciertas
manifestaciones de La Gloria de Dios. 1°Corintios 2:14
La Biblia
enseña que muchas veces no percibimos lo espiritual pues vivimos en un mundo
natural donde millones viven en otra dimensión que choca de frente con la de
Dios, por esta razón un día Jesús dijo “mi reino no es de este mundo” revelando
que el dios de este siglo tiene una agenda anti Dios y ejerce
influencia sobre aquellos que están en lugares de preeminencia como son los
gobernantes como el caso del rey Uzías.
La Biblia
enseña que las cosas secretas pertenecen a Dios y las reveladas para nosotros y muestra de esto es la asombrosa visión que
experimentó el profeta Isaías el cual tiene un marco histórico como referencia.
En el año
que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Isaías 6:1
La Biblia hace referencia al año en que murió el rey Uzías como una
manera de establecer un paralelo entre lo natural y lo espiritual, un antes y
un después y el establecimiento de un nuevo tiempo lo cual traería
direccionamiento de una nación a través de un nuevo ministerio profético
representado por el profeta Isaías.
El rey Uzías representa una generación que perdió la visión y aunque “hizo lo recto ante los ojos
de Jehová”,
que “persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías”
y “que Jehová le prosperó” pero que cuando
se hizo fuerte se enalteció su corazón lo cual lo llevó a un triste final.
2° Crónicas 26:4
Aunque en su reinado el pueblo vio prosperidad y un gran poderío militar
fue incapaz de llevar a su pueblo a reconocer que era Dios y no él la causa de
su prosperidad.
La Biblia enseña que “Antes
del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu”, aunque Uzías fue
un gobernante que trajo prosperidad a su pueblo, no fue el gran líder
espiritual de su nación pues no persistió en hacer lo bueno y buscar a Jehová,
sino que tomó una trágica decisión, no solo fue temerario sino desafiante a
Jehová y a los sacerdotes por lo cual fue herido con lepra y murió.
Mas cuando
ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra
Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el
altar del incienso.
2°
Crónicas 26:16
El relato de Isaías 6 permite ver que los enemigos más grandes del rey
Uzías fueron la “soberbia y el orgullo” lo cual evidencia la
inconsistencia de los gobernantes y su incompatibilidad con los propósitos de
Dios, el texto bíblico sugiere que Uzías era un estorbo para que La gloria
de Dios se manifestara, el profeta
Isaías vivió en el siglo sexto antes de Cristo y su ministerio duró
aproximadamente a 40 años.
“……En su
templo todo proclama su gloria”. salmo 29:9 c
En el año de la muerte del rey Uzías, Isaías es impactado por una
extraordinaria visión y puntualiza dos cosas importantes: “Vi yo al Señor sentado sobre un
trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo” lo cual producía un poderoso impacto en el
ámbito espiritual revelando que el trono físico no es mayor que el “Trono
de Dios“ y que es comparable a las sillas (tronos) de los reyes
gobernantes o jueces de la tierra pues está establecido en el cielo donde el
Señor manifiesta Su Gloria y despliega
Su Poder, además Isaías también describe
una poderosa manifestación de seres
angelicales (Serafines) que “volaban” en torno a este trono.
Por encima
de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros,
con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces,
diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria. Isaías 6:2-3
Isaías
capítulo 6 es el único lugar en la Biblia donde se menciona específicamente a
los serafines “los fuegos abrasadores” en el contexto de la
visión que tuvo Isaías en el Templo cuando fue llamado al ministerio profético
cuya actividad principal no es servir sino adorar a Dios y La Biblia revela que
la intensidad de sus voces hacía “temblar”
las puertas del templo lo cual impactó poderosamente a Isaías.
Entonces
dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al
Rey, Jehová de los ejércitos.
Isaías
6:5
Isaías es
impactado por esta gloriosa manifestación angélica pues todo tenía un
propósito, no solo manifestar La Gloria de Dios, sino que él mismo sería
transformado por estar en ese ambiente tan santo.
El texto bíblico revela como uno de estos gloriosos seres vuela
hacia Isaías con un carbón encendido tomado del altar con unas tenazas y lo
colocó sobre sus labios y proclamando.
“…Tocando
con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó
tus labios,
y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”. Isaías 6: 7
En el año
que murió el rey Uzías Isaías no solo experimentó una visión celestial sino la
reafirmación de su llamado profético y el carbón
encendido sobre sus labios permitiría ser purificado a fin de que
pudiese hablar de forma firme las cosas que le serían reveladas por Dios y esta
experiencia no sólo transformó su vida,
sino que dio inicio a una profunda restauración
espiritual de Dios para la nación.
Después oí
la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá
por
nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:8
En el año en que murió Uzías los cielos se abrieron y una nueva Gloria
fue revelada en el templo e Isaías fue testigo cuando vio al Señor “Sentado sobre un trono alto y
sublime, y sus faldas llenaban el templo”, lo cual revelaba que se
iniciaba un nuevo tiempo profético para la nación, vemos que fue presto al
llamado celestial que lo llevaría a ser uno de los grandes profetas
de Dios anunciando a Israel que un día el “Mesías” salvaría
a su pueblo y le traería la Paz y la Justicia para siempre.
Ahora podríamos formular una pregunta ¿Por qué era necesario que Uzías
muriera?
La Biblia revela que nadie puede entrar al templo, tomar el incensario y
sin sufrir las consecuencias.
Si opresión
de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te
maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto
está sobre ellos. Eclesiastés 5:8
La Biblia revela que la política y lo espiritual no pueden ir de la mano
pues nada tienen en común las “tinieblas con la luz” y aunque
muchos gobernantes como Uzías no podrán imponer su propia agenda, pues no forma
parte de la “agenda profética de Dios” para su pueblo, pues lo que ha entregado
a la iglesia no puede ser administrado por hombres cuyo corazón no estén
rendidos a la autoridad del “Rey de reyes y Señor de señores”, en
el caso de Uzías al hacerse
“fuerte, su corazón se enalteció” e intentó quemar el
incienso, lo cual le acarreó la lepra y la muerte.
Ahora Dios quiere traer una nueva manifestación a nuestra nación pero
necesita gente entendida como Isaías que puedan decir “Vi yo al Señor sentado sobre un
trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo”.
Cuantos como Isaías tomarán el reto del llamado de Dios, “heme
aquí envíame a mí”
El llamado sigue vigente, ¿estás dispuesto igual que Isaías ?