jueves, 27 de febrero de 2025

El velo del Templo



 La muerte de Jesús es uno de los eventos más poderosos registrados en la Biblia revelan que desde la hora sexta hasta la hora novena” hubo tinieblas sobre la tierra y además el velo del templo se “rasgó en dos, de arriba abajo” y la “tierra tembló” y los evangelios sinópticos (Mateo 27:51; Marcos 15:38; Lucas 23:45) describen como el velo del templo fue “rasgado sobrenaturalmente” al momento de la muerte de Jesús dejando libre el acceso simbólico a “La presencia de Dios”.

 

Cuando Jesús expiró no solo hubo tinieblas, sino que el Velo del Templo “se rasgó” de arriba abajo, su función esencial era separar “Nadal” cuyo significado principal era “separar” lo “inmundo de lo limpio” y al igual que en la visión de Ezequiel del templo es hacer separación de “lo santo y lo profano”. Ezequiel 42:20

 

Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. Lucas 23:44-46

 

La Biblia describe que en el Tabernáculo había “dos velos” más la cortina exterior a la entrada, uno separaba el Atrio del Lugar Santo y el otro resguardaba el Lugar Santísimo y su propósito esencial era “ocultar e impedir” la entrada a La presencia simbólica de Dios, menos del Sumo sacerdote ritualmente santo quien podía mantenerse con vida al otro lado del velo   por medio del sustituto (sangre animal). Levítico 16:17-28  

 

El velo manifiesta dentro de toda su “simbología y elementos y   colores” la “vida y muerte” de Jesús donde el color azul representa “Su divinidad”, el púrpura “Su realeza”, el carmesí “Su humanidad” y lino torcido “Su justicia”, por lo cual era imperativo que Moisés hiciera el velo con estos colores particulares y lo harás con querubines de obra primorosa”. Éxodo 26:1

 

Los cuatro evangelios representan a Cristo a través de “cuatro colores”.



A.             Lucas presentó a Jesús como el lino fino.

B.             Mateo presentó a Jesús como el púrpura.

C.             Marcos presentó a Jesús como el escarlata.

D.             Juan presentó a Jesús como el azul.

 

Todo el diseño del velo fue trabajado por la sabiduría del Espíritu de Dios y los velos del Templo ocultaban revelaciones de todo el “plan redentor del ser humano” y además oscurecían (velaban) todo lo que estaba detrás de ellos, “La Gloria y La Presencia de Dios”.

Dios es el Creador de todo y ordenó a Moisés confeccionar una cortina especial, el Velo,    con un diseño muy específico, la cual estaría donde se llevaban a cabo los sacrificios por el perdón de pecados, “el Propiciatorio”. Éxodo 26:34

 

 Finalmente erigió el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y puso la cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra. Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. Éxodo 40:33-35

 

“La Gloria de Dios” es la razón de ser del Templo.

 

Aquí vemos como se muestra como un resplandor sin imagen, una vez concluida su construcción Dios llenó con “Su gloria” el Lugar Santísimo del Tabernáculo y el Templo, mientras tuvieron vigencia pues eran solo representaciones “tipos y sombras” del verdadero “Tabernáculo Celestial” pues tenían un propósito; representar” claramente a Jesucristo.

 

La gran realidad espiritual detrás del velo

 

El apóstol Pablo enseña que “las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” por lo que es necesario discernir espiritualmente y ser vistas en el otro lado del velo, en la dimensión del Espíritu, como lo hicieron los profetas del Antiguo Testamento, como Isaías quien profetizó adecuadamente acerca del que “había de venir” más sin embargo el misterio no le fue revelado hasta que vio más allá del velo.

 

En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un

 trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.  Isaías 6:1

 

En la visión Isaías pudo ver claramente a la persona detrás del Velo del Templo, al Señor “sentado en el Trono alto y sublime”, pudo apreciar “La humanidad”, La “belleza y perfección” de la vida de Cristo y aunque en él habitaba la Plenitud de La Deidad, algo de él seguía sin “ser revelado” pues el Velo en el Templo aún permanecía impidiendo al hombre pecador acercarse a Dios.

 

Cuando Cristo murió “el sol se oscureció y el velo del templo se rasgó por la mitad” y así como Su Cuerpo era un “velo” que ocultaba La Gloria interna de Su Deidad, La ley del Antiguo Testamento era un “velo” delante de él la cual fue deshecha cuando él se reveló detrás de la ley como “El Cordero de Dios” que quita el pecado del mundo. 

 

Ahora todos los sistemas de sacrificios de La Ley sólo representaron una “sombra” de la realidad de Su deidad y permite ver una “prefiguración” del Plan de Salvación preparado antes de la fundación del mundo en Jesucristo.



Importancia del velo dentro del Plan de Dios

 

Jesús era 100% hombre y 100% Dios, el “Verbo de Dios” hecho carne en quien “habitaba” La plenitud de La Deidad   y Su cuerpo (humanidad) fue un velo que impedía ver Su Divinidad.

 

La Biblia revela que los apóstoles pudieron mirar “detrás del velo”. 

 

Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como 

el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Mateo 17:2

 

La Biblia revela que en “El Monte de La Transfiguración” La encarnación de Dios se hizo visible, La gloria de la Deidad que moraba en Cristo hecha manifiesta, el velo de carne (cuerpo) fue “corrido” y así Pedro, Santiago y Juan, pudieron ver otra dimensión de la realidad eterna de Cristo, La Shekinah, Su Gloria en su rostro y los apóstoles no tuvieron problema para “ver y reconocerlo”.

 

 Juan   escribió: “…y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre”. Juan 1:14b

 

 La Biblia revela que desde la hora “sexta hasta la hora novena” hubo tinieblas sobre toda la tierra y el sol “se oscureció” y lo más impactante es que el velo del templo “se rasgó” por la mitad, pues había llegado el momento más importante de su vida, derramar su sangre por nuestros pecados.

 

Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos

 encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. Lucas 23:46

 

Recordemos que la sangre de cada animal sacrificado ante el altar de los holocaustos solo eran un símbolo del “Cordero de Dios” cuya muerte no solo fue para “expiación” sino para deshacerse de la carne (velo), revelar así Su Espíritu y dar por terminado el propósito del Templo físico en Jerusalén y el fin del servicio del “Sacerdocio, sacrificios y oblaciones” típicas de un “santuario terrenal”

 

El Tabernáculo de Moisés sólo representa una sombra de algo más “perfecto”, Pablo enseña una realidad espiritual del velo del Tabernáculo terrenal.

 

Pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Hebreos 9:7-8

 

El Tabernáculo tenía tres secciones, “El Atrio, El Lugar Santo y El Lugar Santísimo” representativos de “La Deidad “y mientras el velo del Templo (terrenal) estuvo intacto solo el Sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo por medio de la sangre del sacrifico.

 

Jesús dijo; “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, entonces el velo del Templo se rasgó en dos, ahora como el Cordero de Dios” derramó su sangre como el “sacrificio verdadero” lo cual hizo que el Velo del Templo fuera rasgado cumpliendo así toda la “simbología y tipología” del sistema sacrificial del Antiguo Testamento y además era “un tipo de Dios” saliendo del Lugar Santísimo al hombre a través del velo rasgado.

 

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:11-12

 

Los “tipos” son “sombras” o representaciones de la realidad del Antiguo Pacto, sólo tienen la sombra” de los bienes venideros, no la “imagen misma de las cosas” por esta razón La Deidad de Jesús, el “velo de Su carne” no fue revelada hasta que el velo del Templo fue rasgado, lo cual requirió un “sacrificio apropiado” y representativo, pues como “Sacrificio perfecto” murió como hombre en la cruz.

 

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; 

pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Hebreos 9:23

 

Pablo explica que el “Santuario Celestial” debe ser “purificado” al igual que era purificado el terrenal “con sangre” de animales, pero ahora “las cosas celestiales” requerían “mejores sacrificios” y sólo por medio de La sangre del Hijo de Dios podía cumplir esas exigencias.

 

El Velo es el “símbolo perfecto” 

 

El velo rasgado del Templo representa que todo este entendimiento de Cristo Jesús solo es mostrado al otro lado del Velo, pues mientras el Velo del Templo no fue rasgado, La gloria de Dios no pudo ser vista.  

 

En el Antiguo pacto sólo el Sumo sacerdote podía entrar detrás del velo, pero ahora   Cristo ha establecido el “Nuevo Pacto” en Su sangre lleno de provisiones “Bienes venideros”, pues al ser removido el Velo ahora vemos a “cara descubierta” mediante Cristo y Su Palabra la cual es una revelación del Hijo y el Hijo la revelación del Padre.

 

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios

 verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3

 

El cuerpo de Jesús representa Su vida encarnada, (el velo) el cual debía ser removido con su muerte en la cruz y cuando el velo del Templo fue “rasgado” Su muerte mostró un camino hacia La presencia santa de Dios mostrando al “Verdadero Santuario Celestial”.

 

La sangre de Jesús representa la Sangre del Cordero de Dios y Su sacrificio fue hecho “una vez y para siempre”, por lo cual la pared de separación fue quitada y trajo la abolición del “Viejo pacto” con toda su economía pertenecientes a los sacrificios rituales de animales y el inicio del Nuevo Pacto en Su Sangre.

Entonces el velo rasgado de arriba a abajo representa los gloriosos detalles que en el libro de los hebreos anunciaba, “sombra de las cosas por venir” .

 

Todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Colosenses 2.17

 

El velo rasgado representaba que el Dios eterno ya no habitaba en templos hechos de “mano de hombre” por lo cual terminó con ese templo, su adoración y su sistema religioso basados en la sangre de animales. Hechos 17:24

 

 El Sacrificio de Jesús fue perfecto en todo sentido 

 

Pues cuando Jesús murió, abrió la cortina que nos impedía el paso. Pero ahora Jesús está vivo, y por medio de él podemos acercarnos a Dios de un modo nuevo y distinto. Hebreos 10:20

(Traducción en Lenguaje Actual)

 

Que glorioso fue ese día cuando nuestro gran Salvador habiendo cumplido con toda la rigurosidad lo relacionado a los “sacrificios y oblaciones” típicas de un “santuario terrenal”, el Templo fue sacudido poderosamente pues el velo se rasgó por la mitad permitiendo que la separación existente entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo fuera removida, la pared de separación quitada y la función del Sumo Sacerdote terrenal terminado.

 

Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. Hebreos 9:24-25

 

El texto bíblico es revelador de lo transcendental de La obra de Jesús, no entró a un santuario hecho por manos de hombre sino en el cielo mismo, Su obra fue consumada en su totalidad y ahora es el Sumo Sacerdote del “Santuario Celestial” nombrado sacerdote según el orden de Melquisedec quien entró en el “Verdadero Lugar Santísimo” por medio de La sangre del “Verdadero Sacrificio”.

 

Su muerte y resurrección   nos abrió un “camino nuevo y vivo” a la misma presencia del Padre y aquí la palabra “nuevo” la cual proviene de la palabra griega “prosphatos” que puede traducirse “recién muerto”.

 

La muerte de Jesús representa que el Velo que existía (separación) y que había sido removido, y ahora podemos acercarnos a Dios por el camino que él abrió a través del “velo, esto es, de su carne”, un “camino nuevo y vivo” al Trono de su gracia para “alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4:16

 

Amen , “Gloria a Dios”


Compartir:

Post Recientes:

Recomendado para ti

Discipulando ONLINE | Jesús el influencer mas grande del mundo | Ap Francisco Costa

Discipulando ONLINE | Jesús el influencer mas grande del mundo | Ap Francisco Costa    Primeramente, damos gracias a Dios por permitirnos en...

CUANDO LOS HIJOS MINISTRAN LA GLORIA 2

Galería

Bienvenido

CONCORDANCIA

VERSÍCULO DEL DIA

NOTICIAS CRISTIANAS

DICCIONARIO BIBLICO

CONTENIDO DEL DIA