Texto bíblico. Génesis 1:3:4
Introducción
La escritura es el libro de
la revelación de La palabra de Dios, la cual revela todo el propósito de Su
mente creativa y eterna, preparando todo de antemano para darle luego
estructura y definición a través de Su palabra creativa y Su barah
en la dimensión de espacio y tiempo que conocemos, y nos revela las condiciones
en las cuales se encontraban los cielos y la tierra.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la
luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las
tinieblas. Y llamó Dios a
la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un
día. Génesis 1:3-4
No confundamos esta luz con
la lumbrera mayor (el sol), cuya luz alumbró en el cuarto día de la creación, esta luz no era irradiada
por ningún astro, vino de aquel que tiene la
autoridad para iluminar Su creación en su forma más verdadera, Dios infinito y Omnipotente, dice la escritura, Su palabra trajo orden en medio del caos e hizo una separación de las
tinieblas respecto a la luz, pues vio que la
luz era buena y la separó de las tinieblas llamando a la luz día y a las
tinieblas noche dando así inicio al primer día.
“…. Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él”. 1ª Juan 1:5c
Dios mismo era la luz para los tres primeros
días de la Creación.
La luz y las tinieblas no guardan relación entre sí, esta luz hizo separación respecto a las
tinieblas, no producía sombras como la
luz del cuarto día, pues su
origen era en Dios mismo, Su Gloria y Deidad y a
partir de este momento tanto en la esfera de lo físico como en la espiritual, esto se mantendrá como una constante en el universo creado
por Dios hasta que sean recreados los cielos y la tierra. Apocalipsis 22:5
Cuando Dios pensó crear al hombre lo visualizó como un “ser perfecto” diseñado y
creado para gobernar y ejercer dominio y autoridad en la dimensión de lo
espiritual, y lo físico cómo lo hace el mismo Señor, Adán recibió todo
entendimiento para reproducirse y multiplicarse sobre la faz de la tierra, y
ejercer el señorío y autoridad en nombre de su creador y mientras permaneció en
la dimensión del Espíritu, o en ese entorno espiritual su alma se sujetaba al
Espíritu, pues esta imagen consistía en la autoridad delegada para actuar en
nombre de su creador.
Dios reprodujo en Adán Su
propia Gloria, sería la extensión perfecta de lo que Él mismo es, ciertamente Adán podía reflejar la imagen, pero, aunque esa
imagen contiene lo mismo, no es la original,
era solo la imagen reflejada por la luz eterna
de Dios.
¿En qué consistía
esta imagen?
La imagen de Dios no se puede describir
pues es Espíritu, y por lo tanto no existe una imagen suya disponible, todo lo creado en la primera
tierra era el “Reino de Dios” manifestado en un solo hombre “Adán”
a quien el soplo de vida convirtió en un ser vivo y emotivo con
una cualidad única y excepcional que lo separa de las demás criaturas; podía “reflejar” la imagen de Dios.
- La imagen (Tselem) representa parte externa de
Dios.
- La semejanza (Demuth) es la parte interna de lo
que es.
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