Texto bíblico. 2° Pedro 1:19-21
Introducción.
La llegada de un nuevo año plantea grandes expectativas y nuevos desafíos por lo cual es importante tener una fuente confiable que permita dar continuidad al propósito en nuestras vidas y solo La Biblia revela la realidad espiritual de lo porvenir, pero la falta de enseñanza bíblica ha llevado a muchos a “profetizar” sobre el futuro sin considerar que solo El Dios Eterno y Omnisciente es quien “anuncia lo por venir desde el principio” (Isaías 46:10).
Entonces revelación según término hebreo “gala” significa “quitar la cubierta”, “descubrir”, “quitar el velo”, “revelar” consecuente con el texto bíblico que dice que “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio 29:29).
Entonces profetizar va más allá de anunciar hechos futuros, La Biblia enseña que hay cosas que escapan a la compresión humana por lo cual “se han de discernir espiritualmente” (1° Corintios 2:14c) lo cual redundara en nuestra compresión de la dimensión espiritual y una de estas cosas es la palabra profética.
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2° Pedro 1:19-21
Pedro exhorta al creyente a “prestar atención, tener cautela o estar atento” lo cual ha de examinar las palabras proféticas que podamos recibir de algún “pastor, profeta, etc”, recuerde que “Toda profecía debe ser juzgada” (1° Corintios 14:29) y hay que “probar los espíritus”. (1° Juan 4:1).
Ahora el verbo “profetizar” tiene dos sentidos, uno; “revelar por inspiración divina” y el otro “predecir con certeza como si por inspiración divina” lo cual indica que toda revelación profética está fundamentada en la “Infalibilidad e Inerrancia” de Las escrituras.
Ahora la palabra griega (bebaios) Strong 949 significa “firme, confirmado, permanente, firme, asegurar” lo cual indica la importancia de “discernir” espiritualmente cada profecía o palabra profética cuyo propósito inicial es para “edificación, exhortación y consolación” (1° Corintios 14:3).
La Biblia advierte dos cosas importantes acerca del profetizar, una “toda profecía debe ser juzgada” (1° Corintios 14:29) y “probar los espíritus”. (1° Juan 4:1) lo cual establece un principio espiritual.
Entendiendo primero esto Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2° Pedro 1:21
El ministerio profético ha estado activo desde el Antiguo Testamento con un propósito “confrontar” con un mensaje no solamente (predictivo) sino (parenético) donde el término “parenético” es relativo a la (parénesis) del griego (parainesis) qué significa “exhortar” acción presente a lo largo de las escrituras y la “profecía predictiva” hace referencia al anuncio de La palabra divina con respecto a eventos futuros.
En el Diccionario Bíblico encontramos la palabra hebrea “massá” “profecía, sentencia” y en el griego “Propheteia” derivado del verbo “Próphemi” donde el término “pro” expresa “delante, en lugar de, en vez de” y “phemi” “hablar”, de lo cual se desprenden dos acepciones: “hablar en lugar de otro” y “hablar de antemano”.
Recuerde nadie puede abrogarse hablar en nombre de Dios, La Biblia es clara Dios solo revelara su secreto a sus instrumentos escogidos los profetas: “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra?”. (Jeremías 23:18).
Y extendió a Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. Jeremías 1:9-10
El texto bíblico enseña que Dios escoge a profetas como Jeremías dotándolos con una unción y autoridad profética que afectaría “naciones y reinos” y además traer entendimiento de verdades espirituales de sus propósitos.