La Biblia es un compendio de 66 libros que contienen la revelación escrita dada por Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la cual contiene revelación, sabiduría, promesas dirigidas a su pueblo.
La Biblia revela que La palabra de Dios es eterna y que Sus
propósitos trascienden el tiempo y el espacio, yendo más allá de cada
generación conforme a Su programa para las naciones, y además, que sus promesas
tienen cumplimiento, como las hechas con hombres como: Abraham, Noé, David y a
otros, de hecho la escritura enseña su compromiso de cumplir todo lo que ha
prometido.
La revelación bíblica nos habla de un “Dios de promesas” y un “Dios de pactos” lo cual está respaldado por Las escrituras, y el autor del libro de los hebreos nos lleva a entender algunos de estos principios por lo cual Dios hace estas cosas. ¿Por qué lo ha hecho?
Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son
dos realidades que nunca cambian y en las cuales es imposible que Dios mienta,
tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la
esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y segura ancla del
alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario.
Hebreos 6:17-18 (NVI).
Pablo apunta a “Dos realidades inmutables” por las cuales Dios no puede mentir, “la promesa y el juramento”, lo cual nos lleva a comprender dos verdades teológicas: 1) Dios tiene un propósito inmutable y 2) ese propósito está garantizado mediante un juramento.
¿Qué significa la palabra inmutable?
La palabra griega Strong 276
(ametathetos) refiérele a la “inmutabilidad, inmutable, inmutables” como una cualidad única de Dios lo cual le permite
demostrar “mucho más abundantemente la inmutabilidad de Su consejo”, por
lo cual interpuso “Juramento”
como “garantía” de su total y absoluto cumplimiento.
¿Por qué es importante la inmutabilidad?
Primeramente, “la eternidad e Inmutabilidad de Dios” son referencia de “Su cualidad de no cambiar” y el profeta Malaquías afirma: “Porque yo Jehová no cambio” Malaquías 3:6.
Un Dios de promesas
Puesto que no había nadie mayor con quien pactar, Dios hizo un juramento sobre “Sí mismo” lo cual permitiría a Abraham ver cumplimento a cada “promesa y pacto”, esto hacía referencias a dos cosas especificas: “te bendeciré con abundancia” y “te multiplicaré grandemente”.
La palabra “promesa” viene del griego “epangelía”, “anuncio o mensaje” mediante el cual Dios se compromete voluntariamente para conferir algo bueno (bendiciones) para los que le creen, ahora ¿Cuáles son las características de las promesas de Dios? todas son “en él sí y él amén” (2° Corintios 1:20).
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