Versículo: Lucas 23: 42-43
Introducción.
Millones de personas se preocupan por saber qué existe después de la muerte, muchas religiones tratan de dar respuestas a estas inquietudes, pero solo las sagradas escrituras pueden revelar con exactitud que existen dos lugares donde el hombre vivirá en la eternidad, uno para condenación y otro para vida eterna con Jesucristo.
Uno de los factores más importantes a la hora de estudiar la Biblia y poder encontrar respuestas adecuadas, es estudiar un texto o versículo dentro de su contexto y posteriormente en el contexto de la Biblia, para que todo esté en consonancia con el espíritu de las escrituras y así comprender muchos de sus secretos que son misterios.
Lucas nos introduce a una escena maravillosa donde el dolor la incertidumbre y la misericordia divina confluyen en lo alto de tres cruces, dos ladrones y el Hijo de Dios comparten el castigo por su culpabilidad y todos esperan la muerte, uno de los ladrones sabiendo que pronto morirían clamó a Jesús.
Dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu
reino. Entonces Jesús le
Dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en
el paraíso. Lucas 23:42-43
Primeramente, en el principio Dios creó los cielos y la tierra con un propósito para cumplir el diseño profético que culminaría conforme a lo establecido en Su voluntad perfecta en Cristo Jesús, en la dispensación del cumplimiento de todos los tiempos y la Biblia describe que le dio a cada dimensión de los cielos un nombre específico lo cual implica que todo cumple un propósito que debe cumplirse.
La Biblia menciona al paraíso en Lucas 23:43; 2 Corintios 12:4; Apocalipsis 2:7
¿Porque Jesús anuncia qué es el paraíso dónde van a ir y no el cielo? Primeramente, debemos establecer un principio esencial: dónde iban los muertos del Antiguo Testamento y dónde irán en el Nuevo Testamento, la escritura enseña con respecto a esto.
“…pero los
muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en
olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más
tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”. Eclesiastés 9:5-6
La vida del hombre es perecedera, todos han nacido para cumplir un propósito, pero al morir todo aquello por lo que se vivió no continuará en la “otra vida”. Jesús enseñó que buscáramos primeramente el Reino de Dios y su justicia y en contraste a esto, muchas religiones enfatizan que ganarse el cielo es cuestión de buenas obras, como la filantropía donde muchos ponen su riqueza como puente al cielo, invalidando así el sacrificio de Jesús en la cruz.
La escritura enseña que “hay caminos que al hombre le parecen derecho” pero su fin es la muerte, entonces lo importante no radica en cuánto esfuerzo hagamos, sino que escojamos el camino correcto pues solo existen dos lugares donde el ser humano pasará la eternidad, el cielo y el infierno.
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