Título del tema: Y
Dios le dio vida al polvo de la tierra.
Texto bíblico: Génesis
2:7
Introducción.
El libro de Génesis 1:1-2 comienza con una poderosa declaración: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra y la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo” y Salmos 19:1-2 revela otros aspectos gloriosos del acto creativo diciendo, “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.
Los gloriosos aspectos
de la Obra del creador ponen de manifiesto Su Omnisciencia y Poder, lo cual
culminaría con uno de los propósitos más importante del acto creativo donde uno
de los elementos poco relevantes, pero más abundante en la naturaleza es
protagonista de una de las maravillas de la creación Divina, pues el creador lo
usó para crear a su más insigne criatura.
La Biblia enseña que
Dios decidió darle un uso particular “al polvo” de la tierra,
pues no es “un desecho” de la creación sino un elemento
imprescindible, presente en el “diseño creativo” para dar “forma”
a su más excelsa criatura, el cual debía ser “hecho y formado”
por las manos del Creador.
Previamente Dios había
creado todo el vasto universo e innumerables seres celestiales, sin embargo, la
corona de su creación requería un ser diferente tanto en naturaleza como en
propósito, por lo cual el libro de Génesis revela un aspecto aún más poderoso
que “transformaría la naturaleza” del polvo de la tierra en la
criatura más excelsa que tendría un aspecto glorioso.
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:7
Ahora lo más importante no es que Dios haya decidido “usar el barro para formar” al hombre sino transformarlo en un “alma viviente” con características inherentes a “Su imagen y Semejanza”.
La palabra “formar” (yatsár)
significa “moldear o dar forma al diseño”.
La escritura revela
que previamente todo lo creado implicó “La palabra y la voz” Génesis
1:3 dice: “Y dijo Dios: sea la luz y fue la luz”.
Dios el “diseñador” bosquejó toda la arquitectura de este ser a partir del diseño previamente aprobado: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” Génesis 1:26.
El hombre no fue
creado por “casualidad” sino “causalidad”.
El ser humano es la “imagen
representativa” de todo lo que Dios quiso revelar a su creación. Génesis
2:5 dice que aún no “había hombre para que labrase la tierra”,
por lo cual toma un elemento representativo el polvo de la tierra y “darle
forma” a “Su imagen a imagen de Dios lo creó varón y hembra los
creó” Génesis 1:27.
Desde la perspectiva
teológica, el Creador no solo “formó” sino que “moldeó”
a un ser extraordinario el hombre y lo hizo a “Su Imagen” y a “Su
Semejanza” a La imagen de Dios. Sin embargo, la Biblia advierte que
Dios es “Espíritu”, entonces en ¿cuál “imagen” fue
creado el hombre?
El ser humano es una “combinación
única”.
1 corintios 15:47
advierte que “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo”, lo cual hace el ser humano
único entre toda la creación hola de Dios,
Ahora ¿qué da gloria al
hombre?
¿El polvo de la tierra
o el aliento de Dios dentro de él? la pregunta no debe ser ¿qué es el
hombre? sino el propósito por el cual fue creado. Isaías 43:7 revela: “para
gloria mía lo es los he creado hoy los formé y los hice” y Génesis 5:2 (PDT)
revela que Dios “Creó al varón y a la mujer los bendijo y lo llamó seres
humanos”.
Ahora, Romanos 8:29
revela el propósito Divino, pues los “predestinó” para que todo “fuesen
hechos conforme a la imagen de su Hijo”, a La imagen preeminente y
perfecta de Dios; Jesucristo, el Hijo de Dios, “El resplandor de Su
gloria y la expresión exacta de Su naturaleza” hebreos 1:3 (NBLA)
El salmista pregunta:
“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, ¿para
qué lo visites?” Salmos 8:4
El hombre es un ser
único y excepcional 1° corintios 15:45 revela que el “diseño creativo”
de Dios fue plasmado para “dar forma” al polvo de la tierra, sino
también que el soplo de Dios “transformó” la materia insertándole
característica única.
“Así también está escrito fue hecho el primer hombre Adán
alma viviente el postrer Adán espíritu vivificante”. 1 corintios 15:45
El hombre no solo tiene “una parte” material cuerpo, sino una “inmaterial” (alma/ espíritu) como algo “inherente” de Dios mismo, lo cual evidencia que no viene de un proceso evolutivo sino la revelación de un “diseño único” que se refleja no solo en una vida “física y espiritual”, sino una vida funcional, psicológica y/o relacional con la capacidad de tener comunión con Dios.
Ahora este ser fue el
primer y único hombre que jamás haya existido y su nombre es Adán, el cual está
relacionado con la palabra hebrea “adamah”, “tierra”
a quien el diseño Divino adecuó no solo para ejercer “dominio”, sino para “multiplicarse
fructificar y sojuzgar” la tierra.
Job 32:8 dice:
“Ciertamente
espíritu hay en el hombre y el soplo del omnipotente le hace que entienda”.
El “Soplo de
Dios” transformó la naturaleza del hombre activando en él todo lo
relativo de la “semejanza”, en el cual fue creado y donde el
término semejanza denota más bien la capacidad para “sojuzgar y gobernar”
como aspecto relevante e inherente a “La imagen y Semejanza” de
Dios a fin de extender el Gobierno de su reino desde la tierra a toda la
creación.
Ahora en Hebreos 2:6
encontramos la pregunta ¿Qué es el hombre?
hoy el apóstol Pablo
por revelación del Espíritu Santo en hebreos 2:9 responde a éste interrogante
diciendo:
“pero
vemos a aquel que fue hecho un poco menor que Los Ángeles a Jesús coronado de
gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte” Salmos 8:6
El aliento de vida “transformó”
la naturaleza del polvo permitiendo al hombre ser “un alma viviente”
con “capacidades y características” inherente a su naturaleza,
pues ahora no solo tiene un “cuerpo” sino también un “alma
inmortal”.
Cuán glorioso es el
diseño divino plasmado en el polvo de la tierra que recibir el soplo de Dios
daría vida al ser humano dándole la capacidad no solo de “reproducir”
la imagen y así “representar” La semejanza de Dios a través De
Jesucristo.
Hoy la escritura
revela aspectos del Diseño Divino.
La imagen de Dios es
parte inherente de la naturaleza del hombre, por lo cual Dios dijo: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza” y tomó el “polvo
de la tierra” para moldearlo y hacer una representación o “imagen
gráfica” y comprensible de sí mismo, Santiago 3:9 dice que todos los
hombres “están hechos a la semejanza de Dios”.
El Diseño Divino estableció el momento la forma y propósito para hacer al hombre a “imagen de Dios”, y aunque el pecado distorsionó esta imagen, el hombre no podría perderla sin dejar de ser lo que es, “imagen de Dios” y por ende sin esta imagen Dios no tendría razón de enviar a Su Hijo Jesucristo para redimir a la humanidad y restaurar la imagen de Dios en la “justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:24.
Somos más que barro en
las manos de Dios.
Job 10:9 dice: “Como
a barro me diste forma”. El creador nos modeló y plasmó su diseño, a
fin de que fuéramos aquello que él deseó. Isaías 64:8 dice: “…nosotros
barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros”.
Dios no solo dijo: “hagamos
al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza” Romanos 8:29
revela otro aspecto glorioso de esa imagen “porque lo que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de Su Hijo”.
Somos más que barro en
las manos de Dios.
Efesios 2:10 revela, “Porque
somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras” y Juan 1:4
enseña que “aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros”,
lo cual permite entender que Dios nos dio en Cristo “la imagen y la
expresión” en carne y hueso de quién es Él. Amén.