domingo, 8 de junio de 2025

Discipulando Online | Los llamados de la ultima hora Parte 2 | Ap. Francisco Costa | Unción de Libertad

 











Discipulado Online. 

 Los llamados de la ultima hora (2) 

Introducción

El evangelio de Marcos 4:26-27 refiere las palabras de Jesús, diciendo: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo”.

En la primera parte de esta parábola, Jesús introduce términos conocidos como “el Reino de Dios, la semilla, la tierra, la siembra y la cosecha”, para enseñar no solo el proceso que sufre la semilla para dar a luz a una nueva planta, sino también principios del Reino de Dios relacionados con los “tiempos de la cosecha”.

Ahora, así como en lo natural los agricultores deben esperar entre las estaciones de “siembra y cosecha”, en el ámbito espiritual ya los “campos están blancos para la siega” y se requieren cosechadores, por lo cual advierte a sus discípulos diciendo: “A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos” (Mateo 9:37).

Por siglos, la Obra de Dios se ha extendido por las naciones de la tierra y, generación tras generación, el Señor ha levantado obreros en las diferentes horas para cosechar el fruto sembrado: unos en las “primeras horas”, otros en las “horas intermedias” y a otros en la hora “sexta y novena”.

Hudson Taylor (1832-1905) dijo lo siguiente: 

 “No son los grandes hombres que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande”.

La Biblia enseña que algunos comenzaron por Jerusalén, otros en toda Judea, luego en Samaria, pero después de más de 2000 años, “lo último de la tierra” representa el momento cuando el dueño de la viña requiere terminar de cosechar y sale a la hora undécima a buscar más obreros.  Encuentra a muchos “desocupados” y les dijo: “Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo” (Mateo 20:7). 

Se dice que en la ventana 10/40 existen aún más de 3500 millones de personas sumergidas en el oscurantismo espiritual y el sincretismo religioso que aún no han escuchado el mensaje del evangelio de Jesucristo.

Jesús dijo a sus discípulos. 

“A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues,

 al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” Mateo 9:37-38 

La cosecha es lo más importante para el sembrador

Cuando se “ora” por obreros para los campos, al primero que enviará Dios es a ti, pues ve tu interés, tu preocupación. Por esta razón, cuando hablamos de “la undécima hora” o, en otros términos, “la hora once”, estamos visualizando la urgencia de más obreros para tomar la cosecha.

“La undécima hora” es un término asociado a la parábola de Jesús en Mateo 20, la cual puede significar o representar, en términos agrícolas, que hay un tiempo límite y que puede extenderse hasta lo “más tarde posible” para cosechar el 100% de la cosecha, por lo cual urge buscar más obreros para ayudar.

 “Así, los primeros serán postreros, y los postreros”. Mateo 20:16

n esta parábola, Jesús ilustra la naturaleza de la gracia divina y la recompensa que Dios ofrece a todos, independientemente del tiempo que hayan servido, pues muchos antes que nosotros fueron convocados a las labores de la viña.

Por tanto, todos los que han participado en la obra de Dios recibirán su recompensa, comenzando por “los postreros y terminando por los primeros” (Mateo 20:8).

 Jesús hablo a sus discípulos diciendo:

 “¿No decís vosotros: ¿Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”. Juan 4:35

 Ya han pasado más de 2000 años de esa declaración y la cosecha de este tiempo está lista para ser tomada, por lo cual ser parte de los obreros de “la Hora Undécima” es un símbolo de “Oportunidad y Gracia”, pues muchos han debido esperar que el dueño de la viña los contrate y los introduzca en la cosecha.  Jesús dijo:

 “Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.

                                                                                                                                         Juan 4:37-38

 Jesús está revelando un principio: “Uno es el que siembra, y otro es el que siega”. Dicho de otra manera, Dios ha tenido una verdad especial para cada generación, levantando muchos obreros para trabajar en su viña, y a cada uno le ha dado la revelación y las herramientas para cumplir su asignación.

  Jesús advierte a sus discípulos diciendo: 

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los

cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebata”. Mateo 11:12

Los primeros obreros fueron los únicos con los que el padre de familia hizo un convenio o trato (un denario), pero a “otros” obreros les dijo: “os daré lo que sea justo”. Y a la llegada de la undécima hora, “contrató” obreros para que “hicieran un trabajo”.

Charles Spurgeon (1834-1892) advirtió diciendo

“Los que ganan almas deben ser los primeros que lloran por ellos”.

La cosecha solo terminará cuando el dueño de la viña haya cosechado el 100% de lo sembrado. Tal vez muchos serán sorprendidos cuando llegue la hora de recibir el mismo pago de los que trabajaron una hora.

“Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.  sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” Mateo 10:7-8NVI

La obra de Dios no ha cambiado. Él ha depositado una gracia en cada creyente para una labor determinada, pero “la viña pertenece al Señor”; por esta razón, nos recuerda:

“Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros

labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”. Juan 4:37

El mandato de Jesús es la Gran Comisión, la cual nos permite ir y alcanzar a los perdidos con el mensaje del evangelio. Sin embargo, ahora el problema no es el mundo, sino “la pasividad e indiferencia” de la iglesia, pues el Señor lo advirtió hace más de 2000 años:

“y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete

 la hoz, porque la siega ha llegado”. Marcos 4:29

Las palabras de Jesús revelan que el estado de la cosecha “está lista”, no se puede perder tiempo, pero al no estar listos los obreros, se pierde el fruto de esta cosecha y el trabajo realizado.

Hudson Taylor (1832-1905) dijo

“La Gran Comisión no es una opción para ser considerada, sino un mandamiento para ser obedecido.”

No se nos olvide que somos fruto de una cosecha y estamos llamados a dar de “gracia lo que de gracia recibimos”

Dios le bendiga.

 

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