Cuando los hijos Ministran la Gloria

Cuando los hijos son llamados a ministrar una gloria mayor.

Soplan los vientos de avivamiento para nuestra nación y para mundo

Estos son tiempos donde Dios hará cosas poderosas, derramando su Santo Espíritu sobre toda carne.

Venezuela un País Grande para manifestar la Gloria de Dios

Nuestro país es la única nación con una poderosa palabra “Tierra de Gracia”: Cristóbal Colon.

Adoración y Danza llenaran la Casa de Dios a través de los Jóvenes

Dios está capacitando una generación para avivar el fuego del Espíritu Santo en la Iglesia.

Estableciendo los Cimientos Apostólicos desde el Hogar

Dios estableció que su Palabra debía ser enseñada desde la niñez y nos acompañaría toda la vida.

viernes, 27 de junio de 2025

El sueño de Dios | Ap. Francisco Costa | Unción de Libertad


Título del tema.  El Sueño de Dios

 Texto bíblico.    

 Introducción

 La Biblia contiene no solo la Palabra de Dios, sino también el plan perfecto diseñado para dar al ser humano pleno sentido de satisfacción y propósito. Génesis 1:28 revela que Dios creó al hombre y lo hizo participante activo de su reino, capacitándolo para "fructificar", "multiplicarse", "llenar la tierra", y con autoridad para "sojuzgar", permitiendo así que coloque su impronta y creatividad en la transformación permanente de lo que Él creó.

                “Dios es un Dios de propósitos”

 Él no solo dio al ser humano "visión", sino "propósito". Cada generación es testigo de este propósito. Un día, Martin Luther King dijo: "Tengo un sueño"; sin embargo, no vivió para verlo hecho realidad. Ahora, ¿será que nuestros sueños pueden coincidir con lo que Dios tiene preparado?

 Dios no hubiera dado la capacidad de soñar al hombre sin incluir la capacidad de hacer esos sueños realidad. Proverbios 19:21 enseña: "Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; más el consejo de Jehová permanecerá".

 Las Escrituras muestran que nada en tu corazón está puesto por casualidad. David, en Salmos 139:16, dice: "Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas".

 Los propósitos eternos de Dios requieren un hombre para cumplir una asignación. Un ejemplo de esto es José, un soñador de sueños, y Génesis 37 muestra algunas características de su naturaleza profética.

 “Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.  Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la Luna y once estrellas se inclinaban a mí.  Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto. Genesis 37:5-11

 Cualquiera puede “soñar” es parte de la experiencia humana, pero los sueños de José eran “sueños inspirados” por Dios.

              Soñar es una parte de la vida

 Sin embargo, en la Biblia, soñar cobra un "sentido diferente", pues en ocasiones son una "expresión profética" de los propósitos de Dios. José tenía una cualidad excepcional que lo ha llevado a ser prototipo de "gente profética", no solo porque podía soñar, sino que sus sueños eran inspirados por Dios.

 José no solo era un hombre con una fuerte unción profética, sino que sus sueños tenían una fuerte carga profética, los cuales tenían un elemento común: la frase "y se inclinaban ante él". Al contarlos a su padre y sus hermanos, Génesis 37:10 advierte que Jacob le amonestó diciendo: "¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?".

 José no solo fue aborrecido por la "túnica de colores", sino por la "naturaleza profética" de sus sueños, y Génesis 49:22 enseña:

                                         “Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una

 fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro”.

 José no solo era un "soñador de sueños", sino un hombre con un "gran potencial", pues, no solo podía "soñar sueños", sino que fue escogido para producir mucho fruto y que sus "vástagos se extienden sobre el muro".

 ¿Podemos ser parte de los sueños de Dios para nuestras familias o nuestra nación? 

 Cuando Dios da un sueño, sabe que podemos realizarlo. José fue un hombre que, a pesar de todas las cosas que vivió, nunca dudó de sus sueños, pues "revelaban" no solo su destino, sino el de su familia y la nación de Egipto.

                 José entendió el propósito de Dios

 José no solo era un "soñador de sueños", sino un hombre con una visión profética. Por tanto, cuando se reencontró con sus hermanos, reveló el propósito por el cual estaba en Egipto: "...no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros" Génesis 45:5.

Los propósitos de Dios son inescrutables

                   Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,

pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11

 Entonces, los sueños son solo la semilla. Hudson Taylor (1832-1905) advirtió que "El trabajo de Dios hecho al modo de Dios nunca va a carecer de provisión".

                    Los sueños de José trascendieron su generación

 José fue el escogido entre sus hermanos no solo por ser un "soñador de sueños", sino por ser la conexión profética de Jacob con las promesas hechas al padre Abraham y la puerta por la cual Dios introduciría a la primera generación que daría a luz la futura nación de Israel.

 José representa una generación de soñadores, gente con una fuerte unción profética para soñar "sueños proféticos" mediante los cuales Dios revela sus propósitos. Pero, para pasar de soñador a realizador, se requiere revelación. Habacuc 2:3 advierte:

                     “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin,

y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”

 Para cumplir sus propósitos, Dios necesita gente como los hijos de Isacar: "entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer" 1° Crónicas 12:32. José es un ejemplo de cómo Dios traza el propósito para llevarnos al lugar y el tiempo correctos para cumplir nuestra asignación en la vida.

               Necesitamos una generación de soñadores como José.

Los mejores sueños no inician con nosotros, sino con Dios. Y aunque muchos digan que no quieren pasar por la vida sin dejar huella, hay una realidad: "Muchos son los llamados y pocos los escogidos". Mateo 22:14

 Dios nunca entrega visiones o sueños a quienes no tienen la capacidad para conquistar los sueños, como lo hizo José, pues él era la conexión con el propósito de Dios para Jacob y sus hijos. De igual manera, Dios levantó a David con un propósito.

         “Porque después que David hubo servido al propósito de Dios en su propia generación,

durmió; fue sepultado con sus padres, y su cuerpo se descompuso. Hechos 13:36

 José fue una "rama fructífera en su generación", pues dio los frutos del "verdadero soñador". Y David no solo cumplió el propósito por el cual fue levantado en su generación, sino que fue creado para sus propósitos en esa generación...

              Ahora, ¿tienes algún sueño?

                    “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,

pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11

 Recuerda, no todo sueño es profético y/o procede de Dios. Los "sueños de Dios" son más que experiencias subjetivas. Él no hará posibles tus sueños si no tienen conexión profética con Su propósito.

 José no fue levantado solo porque podía soñar, sino porque sus "sueños" eran inspirados por Dios y revelaban detalles específicos en la vida de José y su familia. Y al igual que José, David fue convocado para cumplir el propósito de Dios para su generación.

 Ahora, Efesios 3:20 revela el enorme privilegio que Dios nos da de ser instrumentos para lograr y establecer Su sueño para esta generación.

                             “Dios es capaz de lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o

 incluso Imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros”.

 Los sueños revelan aspectos de lo que Dios quiere hacer en esta generación, pero Él necesita a los José y los David de este tiempo para derramar una fuerte "unción de restauración" que permita reconectarla al propósito. Isaías 58:12 muestra algunas características de esta unción:

             “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación

levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”.

 La palabra clave: "y serás llamado reparador de portillos" evidencia el propósito por el cual esta unción será derramada sobre "los tuyos", lo cual les permitirá "edificar" no solo sobre las "ruinas antiguas", sino sobre los cimientos de "generación y generación".

             No se puede dar algo que no se tiene.

 Un día fuimos hijos y debimos enfrentar los gigantes de nuestros padres, pero no sabíamos cómo vencerlos. Sin embargo, hoy el Señor pone en nuestras manos las herramientas que permitirán darles a nuestros hijos no solo "educación, formación y valores", sino "identidad, visión, propósito y destino", y ser el escalón que les permita avanzar y subir al siguiente nivel para conquistar sus sueños.

 Estamos llamados a quitar las muletas y poner las herramientas adecuadas que permitirán a esta generación de hijos y nuevos creyentes tener una visión de reino y entender que sus sueños pueden ser realidad si los colocan en las manos de Dios, quien ha prometido derramar una poderosa unción profética sobre nuestra generación.

                  “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi

Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tu renuevo” Isaías 44:3

 Es imperativo tomar conciencia del momento histórico que vivimos. Hay una unción profética que está por ser desatada. Dios está llamando a "preparar la vasija" para ser llenada del "vino nuevo" y devolver a la generación de padres la herencia que debe ser puesta en las manos de la generación que representa a nuestros hijos y nietos.

              El plan de Dios es poner a Su pueblo en lugares de influencia.

 El libro de Ester 4:14 relata la historia de una joven cuyo futuro era incierto, pero una palabra de Mardoqueo transformó su vida. Él dijo: "¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?".

 Dios necesita los Mardoqueos de este tiempo que le recuerden a esta generación las mismas palabras que a Ester: "¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?". Un liderazgo espiritualmente entendido tiene la capacidad de restaurar en esta generación el "propósito del sueño de Dios".

 Esta generación tiene lo que no tuvieron otras generaciones; sin embargo, se les busca robar la identidad, por lo cual es necesario restaurar la imagen de Dios, el diseño de la familia y el matrimonio, y el derecho a trascender y tener hijos, lo cual requiere gente con visión profética y espiritualmente violenta. Mateo 11:12 dice que el "reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan".

             ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? 

 tenía sueños para José y propósitos para David, y los tiene para nuestros hijos y nietos, pero requiere "reparadores de portillos", gente con la unción profética para restaurar "calzadas para habitar". Y Romanos 8:28 nos recuerda algo poderoso:

                            “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan

a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

 Dios, está poniendo en nuestras manos la unción y autoridad generacional no solo para devolverle los sueños sino la capacidad de soñar que les ha sido arrebatada a la generación a la cual pertenecen a nuestros hijos y nietos, es imperativo abrirles las puertas del futuro, devolverles algo que se ha perdido, el “Sueño de Dios”.

 Dios tiene una herencia preparada para nuestros hijos, pero requiere de soñadores que puedan alcanzar aquello que Dios ha preparado para este tiempo que permita restaurar algo que toda generación se le ha permitido disfrutar el “Sueño de Dios”.

 Levantémonos, Dios busca gente profética como José y David por medio de los cuales derrame: “aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos” Isaías 44:3

 Démosles a nuestros hijos y nietos la oportunidad de disfrutar las bendiciones de Dios y, además, de ser instrumentos, "vasijas donde será derramado el vino nuevo" para esta generación. Así podremos devolverles la capacidad de soñar, abrirle las puertas al futuro y a las oportunidades que otras generaciones tuvieron. Y lo más importante: que puedan no solo conocer, sino también caminar por el "Sueño de Dios" en sus vidas. Amén.

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sábado, 14 de junio de 2025

Y Dios le dio vida al polvo de la tierra | Ap. Francisco Costa | Unción de Libertad


 

Título del tema: Y Dios le dio vida al polvo de la tierra.

Texto bíblico: Génesis 2:7

Introducción.

 El libro de Génesis 1:1-2 comienza con una poderosa declaración: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra y la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo” y Salmos 19:1-2 revela otros aspectos gloriosos del acto creativo diciendo, “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.

Los gloriosos aspectos de la Obra del creador ponen de manifiesto Su Omnisciencia y Poder, lo cual culminaría con uno de los propósitos más importante del acto creativo donde uno de los elementos poco relevantes, pero más abundante en la naturaleza es protagonista de una de las maravillas de la creación Divina, pues el creador lo usó para crear a su más insigne criatura.

La Biblia enseña que Dios decidió darle un uso particular “al polvo” de la tierra, pues no es “un desecho” de la creación sino un elemento imprescindible, presente en el “diseño creativo” para dar “forma” a su más excelsa criatura, el cual debía ser “hecho y formado” por las manos del Creador.

Previamente Dios había creado todo el vasto universo e innumerables seres celestiales, sin embargo, la corona de su creación requería un ser diferente tanto en naturaleza como en propósito, por lo cual el libro de Génesis revela un aspecto aún más poderoso que “transformaría la naturaleza” del polvo de la tierra en la criatura más excelsa que tendría un aspecto glorioso.

 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Génesis 2:7

 Ahora lo más importante no es que Dios haya decidido “usar el barro para formar” al hombre sino transformarlo en un “alma viviente” con características inherentes a “Su imagen y Semejanza”.

La palabra “formar” (yatsár) significa “moldear o dar forma al diseño”.

La escritura revela que previamente todo lo creado implicó “La palabra y la voz” Génesis 1:3 dice: “Y dijo Dios: sea la luz y fue la luz”.

 Dios el “diseñador” bosquejó toda la arquitectura de este ser a partir del diseño previamente aprobado: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” Génesis 1:26.

El hombre no fue creado por “casualidad” sino “causalidad”.

El ser humano es la “imagen representativa” de todo lo que Dios quiso revelar a su creación. Génesis 2:5 dice que aún no “había hombre para que labrase la tierra”, por lo cual toma un elemento representativo el polvo de la tierra y “darle forma” a “Su imagen a imagen de Dios lo creó varón y hembra los creó” Génesis 1:27.

Desde la perspectiva teológica, el Creador no solo “formó” sino que “moldeó” a un ser extraordinario el hombre y lo hizo a “Su Imagen” y a “Su Semejanza” a La imagen de Dios. Sin embargo, la Biblia advierte que Dios es “Espíritu”, entonces en ¿cuál “imagen” fue creado el hombre?

El ser humano es una “combinación única”.

1 corintios 15:47 advierte que “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo”, lo cual hace el ser humano único entre toda la creación hola de Dios,

Ahora ¿qué da gloria al hombre?

¿El polvo de la tierra o el aliento de Dios dentro de él? la pregunta no debe ser ¿qué es el hombre? sino el propósito por el cual fue creado. Isaías 43:7 revela: “para gloria mía lo es los he creado hoy los formé y los hice” y Génesis 5:2 (PDT) revela que Dios “Creó al varón y a la mujer los bendijo y lo llamó seres humanos”.

Ahora, Romanos 8:29 revela el propósito Divino, pues los “predestinó” para que todo “fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo”, a La imagen preeminente y perfecta de Dios; Jesucristo, el Hijo de Dios, “El resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza” hebreos 1:3 (NBLA)

El salmista pregunta: “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, ¿para qué lo visites?” Salmos 8:4

El hombre es un ser único y excepcional 1° corintios 15:45 revela que el “diseño creativo” de Dios fue plasmado para “dar forma” al polvo de la tierra, sino también que el soplo de Dios “transformó” la materia insertándole característica única.

“Así también está escrito fue hecho el primer hombre Adán alma viviente el postrer Adán espíritu vivificante”. 1 corintios 15:45

 El hombre no solo tiene “una parte” material cuerpo, sino una “inmaterial” (alma/ espíritu) como algo “inherente” de Dios mismo, lo cual evidencia que no viene de un proceso evolutivo sino la revelación de un “diseño único” que se refleja no solo en una vida “física y espiritual”, sino una vida funcional, psicológica y/o relacional con la capacidad de tener comunión con Dios.

Ahora este ser fue el primer y único hombre que jamás haya existido y su nombre es Adán, el cual está relacionado con la palabra hebrea “adamah”, “tierra” a quien el diseño Divino adecuó no solo para ejercer “dominio”, sino para “multiplicarse fructificar y sojuzgar” la tierra.

Job 32:8 dice:

“Ciertamente espíritu hay en el hombre y el soplo del omnipotente le hace que entienda”.

El “Soplo de Dios” transformó la naturaleza del hombre activando en él todo lo relativo de la “semejanza”, en el cual fue creado y donde el término semejanza denota más bien la capacidad para “sojuzgar y gobernar” como aspecto relevante e inherente a “La imagen y Semejanza” de Dios a fin de extender el Gobierno de su reino desde la tierra a toda la creación.

Ahora en Hebreos 2:6 encontramos la pregunta ¿Qué es el hombre?

hoy el apóstol Pablo por revelación del Espíritu Santo en hebreos 2:9 responde a éste interrogante diciendo:

“pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que Los Ángeles a Jesús coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte” Salmos 8:6

El aliento de vida “transformó” la naturaleza del polvo permitiendo al hombre ser un alma viviente” con “capacidades y características” inherente a su naturaleza, pues ahora no solo tiene un cuerpo” sino también un alma inmortal”.

Cuán glorioso es el diseño divino plasmado en el polvo de la tierra que recibir el soplo de Dios daría vida al ser humano dándole la capacidad no solo de “reproducir” la imagen y así “representar” La semejanza de Dios a través De Jesucristo.

Hoy la escritura revela aspectos del Diseño Divino.

La imagen de Dios es parte inherente de la naturaleza del hombre, por lo cual Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza” y tomó el “polvo de la tierra” para moldearlo y hacer una representación o “imagen gráfica” y comprensible de sí mismo, Santiago 3:9 dice que todos los hombres “están hechos a la semejanza de Dios”.

El Diseño Divino estableció el momento la forma y propósito para hacer al hombre a “imagen de Dios”, y aunque el pecado distorsionó esta imagen, el hombre no podría perderla sin dejar de ser lo que es, “imagen de Dios” y por ende sin esta imagen Dios no tendría razón de enviar a Su Hijo Jesucristo para redimir a la humanidad y restaurar la imagen de Dios en la “justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:24.

Somos más que barro en las manos de Dios.

Job 10:9 dice: “Como a barro me diste forma”. El creador nos modeló y plasmó su diseño, a fin de que fuéramos aquello que él deseó. Isaías 64:8 dice: “…nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros”.

Dios no solo dijo: “hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza” Romanos 8:29 revela otro aspecto glorioso de esa imagen “porque lo que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de Su Hijo”.

Somos más que barro en las manos de Dios.

Efesios 2:10 revela, “Porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras” y Juan 1:4 enseña que “aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros”, lo cual permite entender que Dios nos dio en Cristo “la imagen y la expresión” en carne y hueso de quién es Él. Amén.

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jueves, 12 de junio de 2025

Visión Celular | El partimiento del pan | Ap. Francisco Costa | Unción de Libertad

 



La visión celular de la iglesia

Tema.  El partimiento del pan

Introducción 

El libro de los Hechos es nuestro punto referencial para entender diversos aspectos que llevaron a la iglesia primitiva y a los apóstoles a asumir la gran responsabilidad de "consolidar y discipular" a la primera generación de creyentes.

El discipulado hace referencia a la "transferencia de vida"; es solo el inicio del proceso que llevará al creyente a crecer y desarrollarse espiritualmente. Este proceso se inició el día de Pentecostés, donde lo primordial era cuidar a los nuevos creyentes. La Escritura da a entender que los apóstoles tenían la revelación del Espíritu Santo para llevar a cabo esta labor:

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos

con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. Hechos 2:42

La perseverancia es una virtud humana que habla de cómo aprendemos a enfrentar las adversidades. Evidentemente, el diseño profético de la iglesia había sido revelado a Pedro, quien debía escoger a los primeros discipuladores y enseñar los principios espirituales que debían estar presentes en la enseñanza.

La "consolidación y discipulado" permiten fortalecer y profundizar la fe de los nuevos creyentes. El modelo usado por la iglesia primitiva establecía las casas como punto de conexión y crecimiento.

Las casas fueron el primer lugar de reunión

El libro de Hechos 5:42 presenta el modelo apostólico implementado por los apóstoles con la finalidad de enseñar y plantar los fundamentos sobre los cuales edificar la iglesia de Jesucristo. La primera iglesia de Jerusalén se reunía tanto en casa como al aire libre: "Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo".

El Señor nos recuerda que Él ya hizo "Su parte en el Gólgota" y está esperando que nosotros cumplamos la nuestra. La iglesia lleva el peso de "la visión de Dios", y Él mismo revela aspectos de "Su plan" en Su palabra para que cada miembro del cuerpo esté activo.

2° Pedro advierte sobre el propósito de Dios y el mandato para la iglesia pues la gran realidad espiritual es que él no quiere, “que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 

La misión principal de todos los que formamos la iglesia es: "Id y haced discípulos a todas las naciones". Si queremos "alcanzar" los mismos resultados que obtuvo la iglesia primitiva, debemos "entender el modelo" establecido por los apóstoles.

El libro de los Hechos muestra que el "modelo celular" fue el secreto del gran crecimiento de la iglesia primitiva, lo cual permitió no solo su crecimiento, sino también su funcionalidad. Tenía dos elementos básicos de reunión: "El templo y las casas".

El modelo de la iglesia en la casa es bíblico 

De hecho, en el aposento alto había 120 personas creyentes reunidas cuando vino el Espíritu Santo y llenó aquel lugar. Luego de la predicación de Pedro, 3000 personas fueron anexadas a la iglesia, y las casas fueron la opción de primera mano para "consolidar y discipular" a los nuevos creyentes.

Entonces, la "iglesia en casa" permite, de cierta forma, hacer más efectiva la meta de "hacer discípulos" y de "expandir el reino de Dios".

“Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”. Marcos 5:18-19

Aquí vemos cómo a Jesús le interesaba más que este hombre fuera a su casa, donde comenzó a "publicar cuán grandes cosas había hecho Jesús en él", testificando a través de su testimonio la obra del Señor. Esto es exactamente lo que debe ocurrir en la vida del nuevo creyente, que debe asumir su nueva vida dentro de su contexto.

Una iglesia en casa puede ser ciertamente bíblica, pero nunca debe ocupar el lugar de la iglesia madre. Aunque "el modelo de la iglesia primitiva" permitió cuidar a los nuevos creyentes, no podemos presentar la visión celular como algo que sustituya el "congregarse y participar" en las actividades propias de la iglesia.

Así como en la iglesia primitiva todo se realizaba de acuerdo con la supervisión de los apóstoles, de igual manera es hoy. La visión celular o las reuniones familiares deben ser supervisadas por el pastor y el liderazgo asignado.

Una iglesia en casa es la expresión en “pequeño” de una iglesia local

En las casas los creyentes se reunían de forma masiva y/o en grupos pequeños (células) para desarrollar "la comunión y compartir del Señor" y además el tener "Koinonia".

En los hogares podemos contactar e interactuar con todo tipo de personas, pues "allí hay espacio para todos". Pero no se nos olvide que las actividades que allí se realizan son solo parte del "programa de su iglesia local", donde las enseñanzas deben estar "supervisadas y cónsonas" con la visión de su pastor.

Entonces, las reuniones en las "células de crecimiento o células oikos" permiten desarrollar temas como la "comunión y el compañerismo" y muchos otros temas que ayudarán al crecimiento espiritual y a extender la visión del pastor a fin de alcanzar a miembros de la comunidad a través del evangelismo.

Entonces, "equipar y enseñar" a las personas (creyentes) requiere de líderes capacitados y entendidos en la visión del pastor, pues una de las metas es ir desarrollando a los "futuros líderes".

Debemos "desarrollar la visión celular" de nuestra iglesia; esto conlleva "romper" con los patrones preestablecidos y requiere perseverancia de nuestra parte, pues las "células de crecimiento o células oikos" son el semillero de la nueva generación de creyentes que necesita "capacitación" para desarrollar el potencial que Dios ha depositado en ella.

Gálatas 6:9 advierte diciendo: No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos “

Seamos parte de ese equipo que llevará a cabo este importante trabajo.

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domingo, 8 de junio de 2025

Discipulando Online | Los llamados de la ultima hora Parte 2 | Ap. Francisco Costa | Unción de Libertad

 











Discipulado Online. 

 Los llamados de la ultima hora (2) 

Introducción

El evangelio de Marcos 4:26-27 refiere las palabras de Jesús, diciendo: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo”.

En la primera parte de esta parábola, Jesús introduce términos conocidos como “el Reino de Dios, la semilla, la tierra, la siembra y la cosecha”, para enseñar no solo el proceso que sufre la semilla para dar a luz a una nueva planta, sino también principios del Reino de Dios relacionados con los “tiempos de la cosecha”.

Ahora, así como en lo natural los agricultores deben esperar entre las estaciones de “siembra y cosecha”, en el ámbito espiritual ya los “campos están blancos para la siega” y se requieren cosechadores, por lo cual advierte a sus discípulos diciendo: “A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos” (Mateo 9:37).

Por siglos, la Obra de Dios se ha extendido por las naciones de la tierra y, generación tras generación, el Señor ha levantado obreros en las diferentes horas para cosechar el fruto sembrado: unos en las “primeras horas”, otros en las “horas intermedias” y a otros en la hora “sexta y novena”.

Hudson Taylor (1832-1905) dijo lo siguiente: 

 “No son los grandes hombres que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande”.

La Biblia enseña que algunos comenzaron por Jerusalén, otros en toda Judea, luego en Samaria, pero después de más de 2000 años, “lo último de la tierra” representa el momento cuando el dueño de la viña requiere terminar de cosechar y sale a la hora undécima a buscar más obreros.  Encuentra a muchos “desocupados” y les dijo: “Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo” (Mateo 20:7). 

Se dice que en la ventana 10/40 existen aún más de 3500 millones de personas sumergidas en el oscurantismo espiritual y el sincretismo religioso que aún no han escuchado el mensaje del evangelio de Jesucristo.

Jesús dijo a sus discípulos. 

“A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues,

 al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” Mateo 9:37-38 

La cosecha es lo más importante para el sembrador

Cuando se “ora” por obreros para los campos, al primero que enviará Dios es a ti, pues ve tu interés, tu preocupación. Por esta razón, cuando hablamos de “la undécima hora” o, en otros términos, “la hora once”, estamos visualizando la urgencia de más obreros para tomar la cosecha.

“La undécima hora” es un término asociado a la parábola de Jesús en Mateo 20, la cual puede significar o representar, en términos agrícolas, que hay un tiempo límite y que puede extenderse hasta lo “más tarde posible” para cosechar el 100% de la cosecha, por lo cual urge buscar más obreros para ayudar.

 “Así, los primeros serán postreros, y los postreros”. Mateo 20:16

n esta parábola, Jesús ilustra la naturaleza de la gracia divina y la recompensa que Dios ofrece a todos, independientemente del tiempo que hayan servido, pues muchos antes que nosotros fueron convocados a las labores de la viña.

Por tanto, todos los que han participado en la obra de Dios recibirán su recompensa, comenzando por “los postreros y terminando por los primeros” (Mateo 20:8).

 Jesús hablo a sus discípulos diciendo:

 “¿No decís vosotros: ¿Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”. Juan 4:35

 Ya han pasado más de 2000 años de esa declaración y la cosecha de este tiempo está lista para ser tomada, por lo cual ser parte de los obreros de “la Hora Undécima” es un símbolo de “Oportunidad y Gracia”, pues muchos han debido esperar que el dueño de la viña los contrate y los introduzca en la cosecha.  Jesús dijo:

 “Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.

                                                                                                                                         Juan 4:37-38

 Jesús está revelando un principio: “Uno es el que siembra, y otro es el que siega”. Dicho de otra manera, Dios ha tenido una verdad especial para cada generación, levantando muchos obreros para trabajar en su viña, y a cada uno le ha dado la revelación y las herramientas para cumplir su asignación.

  Jesús advierte a sus discípulos diciendo: 

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los

cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebata”. Mateo 11:12

Los primeros obreros fueron los únicos con los que el padre de familia hizo un convenio o trato (un denario), pero a “otros” obreros les dijo: “os daré lo que sea justo”. Y a la llegada de la undécima hora, “contrató” obreros para que “hicieran un trabajo”.

Charles Spurgeon (1834-1892) advirtió diciendo

“Los que ganan almas deben ser los primeros que lloran por ellos”.

La cosecha solo terminará cuando el dueño de la viña haya cosechado el 100% de lo sembrado. Tal vez muchos serán sorprendidos cuando llegue la hora de recibir el mismo pago de los que trabajaron una hora.

“Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.  sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” Mateo 10:7-8NVI

La obra de Dios no ha cambiado. Él ha depositado una gracia en cada creyente para una labor determinada, pero “la viña pertenece al Señor”; por esta razón, nos recuerda:

“Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros

labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”. Juan 4:37

El mandato de Jesús es la Gran Comisión, la cual nos permite ir y alcanzar a los perdidos con el mensaje del evangelio. Sin embargo, ahora el problema no es el mundo, sino “la pasividad e indiferencia” de la iglesia, pues el Señor lo advirtió hace más de 2000 años:

“y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete

 la hoz, porque la siega ha llegado”. Marcos 4:29

Las palabras de Jesús revelan que el estado de la cosecha “está lista”, no se puede perder tiempo, pero al no estar listos los obreros, se pierde el fruto de esta cosecha y el trabajo realizado.

Hudson Taylor (1832-1905) dijo

“La Gran Comisión no es una opción para ser considerada, sino un mandamiento para ser obedecido.”

No se nos olvide que somos fruto de una cosecha y estamos llamados a dar de “gracia lo que de gracia recibimos”

Dios le bendiga.

 

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