martes, 7 de enero de 2025

Preparados para la carrera

Tal vez muchas personas preguntarán porque el día 31 de diciembre se celebra el fin del año y el primero de enero da inicio al nuevo año   pues ciertamente detrás de esta tradición existe un trasfondo pagano, pero responder esta interrogante requiere tener un punto de comparación, uno bíblico y otro conforme al mundo.

Ejemplo de esto, para los musulmanes el “Muharram” da inicio a su calendario, para los hebreos el “Rosh Hashaná” (Cabeza del Año) el primero de Nissan no es solo una festividad para celebrar o mirar el futuro sino también revisar su relación con Dios, ahora para los cristianos, ¿Qué significado tiene el nuevo año?

La Biblia amonesta a ser entendidos y objetivos a la hora de comprender ciertas tradiciones como la celebración del 31 de diciembre y el primero de enero pues, aunque parezcan inofensivas tienen un trasfondo pagano, pues Julio César estableció en el año 46 lo que conocemos como el “calendario juliano” con el propósito honrar a “Jano”, dios romano de los comienzos y los finales.

La palabra de Dios expone la realidad espiritual de las cosas, un nuevo año solo representa la continuidad del tiempo, Eclesiastés 1:9c advierte nada hay nuevo debajo del sol” no podemos establecer el futuro en base a tradiciones y el apóstol Pablo coloca en perspectiva la vida cristiana asociándola a la figura del corredor y su determinación de obtener el triunfo por lo cual advierte:

Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Hebreros 12:1-2 (DHH)

Desde un punto de vista pragmático una carrera, es una carrera donde el tiempo es relativo, Eclesiastés 9:2 (RVR60) advierte “Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío, …” indefectiblemente.

Pablo utiliza la analogía de un corredor que se ha preparado para obtener el triunfo, para lo cual confía en su preparación física, pues alcanzar el triunfo requiere no solo planificación y preparación, pues nada puede dejarse al azar, sino que debe haber un entrenamiento responsable.

Pablo utiliza esta relación como una forma de mostrar que la vida cristiana está fundamentada en principios espirituales de la fe, lo cual difiere de los rudimentos del mundo.

Evidentemente, lo que “sembramos es lo que cosechamos”, todo debe estar sustentado en “La palabra de Dios” por lo cual Pabló advierte que hay una realidad espiritual, pues hay “tantas personas que han demostrado su fe” que corrieron la carrera que les tocó, no es sólo con la intención de llegar a la meta, sino obtener el premio, las palabras de Pablo vienen en contexto con lo dicho en previamente en Hebreos 10:35-36 (RV60)

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”

En toda carrera hay espectadores y la Biblia enseña que hay muchas personas que han demostrado su fe” a pesar de enfrentar adversidades por causa del Nombre del Señor, pero no quitaron la mirada del “galardón” sino que se despojaron de todo lo que les “estorbaba y del pecado” y corrieron con fortaleza, por tanto, se nos anima a que “corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante” (Hebreros 12:1).

La analogía de Pablo pone en contexto el esfuerzo que hace un corredor para obtener el premio, en contraste con el creyente, pues ambos corren una carrera, sin embargo, Pablo revela algunos principios espirituales que ayudaran a llegar a la meta, diciendo:

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.  Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.  Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1° Corintios 9:24-26 (RV60)

Pablo advierte que antes de nosotros muchos corrieron su carrera, pero no lo hicieron para “recibir una corona corruptible” sino una “incorruptible”, lo cual me amonesta a tomar su ejemplo y no correr como a “la ventura” pues podemos quedar descalificados, la Escritura nos anima: “corred de tal manera que lo obtengáis”.

Ahora, ganar una carrera no sólo requiere de entrenamiento sino de “diciplinar” el cuerpo capacitándolo para que cuando llegue el momento tenga la resistencia necesaria, y de hecho Pablo da indicaciones de cómo correr la carrera y en 1° Corintios 9:24 dice “Corred de tal manera …”, luego en Gálatas 5:7 dice “Vosotros corríais bien”, en Filipenses 2:16 señala “no he corrido en vano” y en 2° Tesalonicenses 4:7 dice “He acabado la carrera”.
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