Versículos: Ezequiel 3
Introducción.
Hoy el mundo comienza a recuperarse de los
efectos devastadores del covid-19 el cual trajo una ralentización no sólamente
del sistema económico mundial sino también en el ámbito espiritual, lo que
expuso la verdadera condición del pueblo de Dios y plantea uno de los más
grandes desafíos de la iglesia pues muchos ya no regresaron y es imperativo dar
continuidad al programa de naciones anunciado por los profetas.
La Biblia enseña que ante cada situación
que experimenta el mundo, Dios ha levantado un ministerio profético maduro
mediante el cual trae directrices a la iglesia para dar una respuesta al
problema espiritual, la misma Biblia refiere que “Dios habló muchas veces
y de muchas maneras” pero en estos tiempos tan determinantes nos
“ha hablado por el Hijo”.
El Antiguo Testamento hace mención que cada vez que
Israel se desviaba levantaba a sus profetas para llevar amonestación y
corrección, uno de ellos fue (Ezequiel) su nombre significa ”Dios
fortalece”, fue Sacerdote y profeta de Dios que recibió visiones
extraordinarias y caminó en dimensiones espirituales sorprendentes, pudo ver la
manifestación de La gloria de Dios, la revelación del Templo, la visión del
valle de los huesos secos, etc.
Dios consideraba a Israel de “duro rostro y de empedernido corazón” y
hace el llamado a Ezequiel
al ministerio profético y le ordena, “come
lo que hallas; come este rollo”, “alimenta tu vientre” y “llena tus entrañas” ahora el acto
simbólico de comerse el rollo permitiría a Ezequiel preparase para hablar al
pueblo, vemos tres cosas importantes que debía realizar:
·
Primeramente, “come este rollo
ve y habla a la casa de Israel”. Ezequiel 3:1
·
Segundo,
“toma en tu corazón todas mis palabras que yo te...”. Ezequiel 3:10
·
Tercero,
“yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, …”. Ezequiel 3:17
El Señor hizo que comiera un
alimento inusual, “un rollo o pergamino”
Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y
habla a la casa de Israel Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me
dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo
que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. Ezequiel 3:1-3
Ahora, nadie se come un libro, pero
Ezequiel no solo debía “probar” o “catar” debía comer el rollo escrito por
ambos lados y así llenar “sus entrañas”.
Ezequiel tenía una visión “vertical
y otra horizontal”, la Biblia revela que caminó en dimensiones
espirituales sorprendentes, como profeta conocía a Dios íntimamente y podía ver
todo desde la perspectiva Divina, pero al vivir cerca del pueblo y ver su
realidad espiritual podía comprender el propósito del Señor.
Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de
este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel Luego me
dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis
palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua
difícil, sino a la casa de Israel. Ezequiel 3:1-5
Ezequiel fue llamado para hacer una tarea
difícil, llevar un mensaje a una nación, a un pueblo obstinado y terco, además
Dios hace una observación, “no seas la casa rebelde; abre tu boca, y come
lo que yo te doy. Ezequiel 2:8
“Comer el rollo” le permitiría experimentar sobrenaturalmente el
contenido de este rollo o pergamino y podríamos usar el término “apropiarse” de
la revelación contenida y codificada en la acción, el cual estaba escrito por
dentro y por fuera, y así tener una cosmovisión clara del alcance del mensaje
contenido en él, lo dulce, como miel.
Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó;
y fui en amargura, en la indignación
de mi espíritu, pero la mano de
Jehová era fuerte sobre mí. Ezequiel 3:14
El punto central de este mensaje, aunque
fueran casa rebelde no podría negar que “hubo un profeta entre ellos”,
ahora Ezequiel solamente
debía “comer” este rollo o pergamino y luego ir a la casa de Israel y
amonestarlos, “Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar”.
La Biblia revela que Ezequiel no fue el
único en “comer un libro o pergamino” también el libro de Apocalipsis menciona que el
apóstol Juan tomó de la mano del ángel el libro y recibió la orden, “toma
y cómelo” y “profetiza otra vez” sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y
reyes.
Entonces tomé el librito de la mano del
ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube
comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez
sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y sobre reyes. Apocalipsis 10:10-11
Entonces
tanto Ezequiel como Juan están en el mundo espiritual y La Biblia describe que
ambos estaban en el espíritu y literalmente probando el contenido del “libro
o pergamino o rollo” escritos por dentro y por fuera y en los cuales
estaban escritos “lamentos, lamentos y ayes” para Israel y para el mundo.
Vemos
que ambos textos bíblicos en Ezequiel y Juan describen que el sabor era
comparable “dulce como la miel”, Ezequiel era portador del mensaje
profético para la nación de Israel (hablar) y Juan un mensaje para las
naciones, “profetizar” otra vez.
Ezequiel debía comer
literalmente “el rollo” y asimilar su contenido o revelación,
“lamentaciones, lamentos y ayes” que formaban parte del mensaje cuyo
destinatario era Israel, ahora él era “el mensaje y la palabra autorizada”
al comer el rollo se revelaría la verdadera condición espiritual del pueblo, él
sería un centinela (atalaya) para advertir pues no fue enviado a hablar a
extranjeros, sino a su pueblo Israel.
El
Espíritu acompaña siempre a la Palabra y todo comienza con la boca y esto no es
metafórico pues la fe viene por “el oír y oír de la palabra de Dios”
y en ocasiones “La palabra” es comparada como un alimento necesario para
alimentar nuestro “ser interior” como lo hace la alimentación diaria y en ambos
casos “espiritual y físico” el alimento debe ser de calidad y con la
frecuencia necesaria para que nuestro ser interior no desfallezca.
Necesitamos comprender la realidad
espiritual del tiempo que, aún Israel ha cerrado su corazón a Dios y el mensaje
de Juan a las naciones no ha cambiado esto nos permite entender las palabras
reveladas por el Señor al apóstol Juan en apocalipsis.
Escribe en un libro lo que ves, y envíalo
a las siete iglesias que están en Asia: a
Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis,
Filadelfia y Laodicea. Apocalipsis 1:11b
El
afán por muchas cosas ha traído un enfriamiento espiritual en muchas personas
pero Dios levantará profetas para hacerles entender que su
mensaje no proviene de ellos sino de Él, no podemos construir una iglesia
espiritualmente fuerte mientras el pueblo tenga un corazón endurecido y un
nivel espiritual bajo, entendemos que estas siete (7) iglesias existían en los
días de Juan, pero las palabras del Espíritu son aplicables a las iglesias de
nuestro tiempo, “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Apocalipsis 2:7
Muchos
han perdido la sensibilidad del Espíritu y es importante volver a la
palabra que ministra nuestro ser interior, no queremos escuchar la
voz de nuestro corazón sino la voz del Espíritu, seremos capaces
de comer el rollo, para muchos será dulce al paladar, pero
amargo en el estómago, ahora es importante que el pueblo entienda el
peso moral y espiritual del mensaje.
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya
hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día.
Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Romanos 13:11-12
La
vida misma comenzó con la boca “la Boca de Dios”, tanto en lo espiritual y
después en lo físico (biológico), el ministerio profético trae un mensaje correctivo
y un fuerte llamado a volverse de todo corazón, a escuchar La Voz del Señor y a
comer la palabra
¿Estamos dispuestos a comernos el
rollo y llevar el mensaje al pueblo de Dios?
Recuerda; el rollo es dulce como la miel, pero amarga
en el estómago.