Discipulado Online.
Llamados a la viña (4)
Introducción
Las parábolas presentan algunas lecciones que permiten reflexionar sobre diversos aspectos de “La obra de Dios” y la alta demanda de obreros que aún son necesarios para cosechar todo lo que se ha sembrado. La Parábola de la Viña aparece en los evangelios de (Mateo 21:33-46; Marcos 12:1-12; Lucas 20:9-19).
La gran Comisión forma parte de “La obra de Dios” y el establecimiento de Su Reino en la tierra, Jesús advirtió en esta parábola algunos principios que ilustran claramente la urgencia del Dueño de atender las necesidades de Su viña.
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña”. Mateo 20:1-2
La clave para entender esta parábola radica en que Dios no llama a alguien por sus grandes cualidades sino por Su Gracia, en una oportunidad el gran evangelista Dwight Lyman Moody (1837 -1899) dijo algo significativo:
“Moisés pasó 40 años creyendo que era alguien, 40 años aprendiendo que no era nadie, y luego 40 años viendo lo que Dios puede hacer con alguien que sabe que no es nadie”.
Primeramente, las palabras de Jesús advierten que todo aquel que entra en el reino recibe la plena abundancia de “La gracia y misericordia y perdón de Dios”, es decir, todo lo que hacemos es por amor no por nuestras destrezas sino “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” Mateo 22:14
Ahora, alguien puede preguntar:
¿Por qué el Señor espera la última hora para llamar más obreros?, No importa lo que pensemos, él sabe que debe hacer y no importa la hora, sino la cosecha.
“Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupado? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo”. Mateo 20:6-7
Ahora lo importante, Dios llama a todos a trabajar en la viña, pero a distintas horas y cada obrero tiene su propia asignación.
Una pregunta
precisa, ¿Cómo es que estáis aquí todo el día ocioso?
Por tanto, viendo la premura del tiempo dijo a estos obreros: “Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo”, en una oportunidad el gran hombre de Dios James Hudson Taylor (1832- 1905) dijo algo significativo:
“No son los grandes hombres los que transforman el mundo, sino los débiles y pequeños en las manos de un Dios grande”
Primeramente, Dios no solo hace el llamado, sino que da el equipamiento, y aunque muchos fueron “contratados” a la primera hora de la mañana y trabajan todo el día, a los que “contrato” a las cinco de la tarde (undécima hora) solamente trabajan una hora y reciben lo que es justo.
Ser llamado a la viña es un privilegio.
Dios por ser soberano no da explicaciones de cómo cuidar su Viña, por lo cual, cuando hace un llamado hace al hombre participante de “Su Obra”.
“Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros
labraron,
y vosotros habéis entrado en sus labores”. Juan 4:38
Nadie es excluido, todos estamos invitados a trabajar para extender el Reino pues Dios determina soberanamente no solo “cuándo y a quién llamará” sino a que hora entrará en las labores de la cosecha.
Ahora lo importante es estar en el “lugar y hora correcta”.
¿Por qué el dueño de la viña no contrató a todos los obreros en la primera hora?
La parábola no revela las razones, sin embargo, permite comprender un principio de la cosecha y el mismo Jesús advirtió al respecto diciendo: “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”.
Cada viña y cada cosecha tienen sus propias “características y prioridades”.
No todas las cosechas se recolectan al mismo tiempo, pero tienen algo en común, necesitan “cosechadores”, por esta razón aun en la “hora undécima” habían obreros esperando ser contratados por esta razón Jesús dijo:
“A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues,
al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Mateo 9:37-38
La cosecha requiere obreros aun “hasta la última hora”.
La parábola de la viña exalta maravillosamente el principio de “La gracia de Dios”, quien a lo largo de la historia humana sigue llamando obreros a Su reino, pues aún “La redención” continúa hasta que llegue el juicio, Filipenses 2:13 enseña que no es porque queramos hacer algo sino porque “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.
Dios, como dueño de una viña confía el cuidado a los obreros (creyentes) que estén dispuestos a trabajar en la recolección de la cosecha, por esta razón dijo:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Juan 15:16
Ahora, podríamos hacer una analogía, primeramente, ver a Dios como el “dueño de la viña” y la viña como “el reino”, la cual representa la “esfera del gobierno de Dios”, donde “La Gracia y Soberanía de Dios” permiten ver al dueño de la viña llamar a quien quiere, en el “tiempo” que quiere y “como quiere”.
Ahora, aunque año tras año se recogen las cosechas, el dueño de la viña sabe que algunas son “más productivas” que otras, lo cual requiere más obreros, Jesús enseñando a sus discípulos dijo:
“Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado” Marcos 4:28-29
La obra de Dios, requiere más “obreros” (creyentes) que salgan a los campos a tomar la cosecha no importa la hora que le hayan asignado.
En la parábola de la viña los cosechadores disponen de su tiempo (vida) a favor de las prioridades del rey, y la undécima hora (la tarde), representa la eternidad, y al final de la tarde encontramos que la figura del mayordomo bien podría representar a Jesús, a quien se le ha confiado todo juicio, y finalmente el denario representa el “pago” “la vida eterna”, Jesús nos recuerda que hay escases de mano de obra en el reino:
“A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues,
al Señor
de la mies, que envíe obreros a su mies”. Mateo 9:37-38
Esta parábola de la viña en Mateo 20 permite comprender no solo el propósito de los diferentes trabajadores, sino evidencia que el trabajo en el reino es continuo, se requieren más obrero y por esto los “llamados de la undécima hora” están disponibles, pero solo esperan que el dueño de la viña los contrate y les pague lo que es justo.
Dios es el dueño de la viña y sabe que es la “hora undécima” de la tarde y aunque queda mucho por cosechar sale a buscar los obreros de esta hora que están listos para acudir al llamado.
La pregunta: ¿eres tú de los que están disponibles para esta undécima hora? Jesús dijo.
“Debemos trabajar las obras de Aquel que me envió mientras sea
de día; se
acerca la noche cuando nadie puede trabajar” Juan 9:4
Hay abundancia de personas maduras y preparadas no solo para escuchar sino recibir y creer el mensaje del Evangelio, por tanto, no te demores, “colócate al lado de la viña” y espera a ser llamado a cosechar pues como al final de la parábola los “primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos”. Mateo 20:16