Título del tema. Generación de sacerdotes para Dios
Texto biblico. (Apocalipsis 1:5-6, Apocalipsis 5:9-10, 1° Pedro 2:9)
Introducción.
Una de las imágenes más llamativas y llenas de fascinación es sin duda la figura del rey, desde la corona hasta sus vestiduras reales representan el más alto estándar de posición de autoridad y gloria que puede alcanzar una persona, ahora, hablar de rey es hablar de reino.
Por definición la palabra “reino” es sinónimo de “gobierno, dominio, autoridad” y es definida por la palabra hebrea malkuth que hace referencia a un reino o una “esfera sujeta a la autoridad de un rey” y Basilea en griego la cual tiene dos significados, primero habla del “gobierno, reino, dominio, o autoridad de un rey” y segundo, alude al “territorio o gente sobre el cual reina un rey”.
La figura del rey es la más emblemática representación de un reino, sin embargo, no alcanza a describir la grandeza de la posición dada al hombre quien no solo fue creado a “Imagen y Semejanza” de Dios, sino que debía “fructificar y multiplicarse” y “sojuzgar”, ejercer la autoridad representativa de Dios y gobernar todas las cosas en Su nombre y representar su gobierno en la tierra como “reyes y sacerdotes”.
Con la llegada de Jesús el concepto “reino” adquiriere relevancia, en el contexto del “Sermón del Monte” advierte diciendo “arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17
Jesús, como Hijo de Dios y representante legal de este reino no solo advirtió que el “reino de los cielos se ha acercado” sino que el “Reino de Dios” era necesario que descendiese para ser establecido por tanto dijo: “Venga tu reino hágase tu voluntad hacia la tierra”. Mateo 6:10
Jesús advirtió la llegada del “Reino de Dios” lo cual hace referencia a Dios mismo manifestado en Su gloria y toda autoridad para ejercer su administración haciendo de Su creación un reino glorioso y Apocalipsis 1 revela algo glorioso:
“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Apocalipsis 1:5-6
Jesucristo, el “soberano de los reyes de la tierra” quien no solo nos amó sino que con “Su sangre” nos lavó y nos hizo “reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre”, una posición de gobierno, Reyes para lo “natural” y “sacerdotes” para lo espiritual.
El término, “Reyes y sacerdotes para reinar”
Ahora, ¿Cuál es la realidad escatológica de la expresión? Primeramente, este reino no es cualquier reino, es el “Reino de Dios” y en contraste de los reinos de la tierra es particularmente único, pues abarca todo cuanto se sujeta a La voluntad del Creador.
Apocalipsis 1:5-6 y Apocalipsis 5:9-10 en contraste con 1° Pedro 2:9 revelan las consecuencias de “La Obra redentora de Cristo” quien no solo nos “amó” y “lavo con su sangre” sino que hizo de nosotros “reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre”, ahora, ¿Cuál es el propósito de esta acción?
Apocalipsis 5:9-10 revela este propósito diciendo:
“y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
En este glorioso cántico se exalta La obra concluida de Cristo, el Cordero “inmolado” quien no solo nos “redimió”, sino que ha tomado de “todo linaje y lengua y pueblo y nación” para hacernos “reyes y sacerdotes” para nuestro Dios con un propósito, ayudar a administrar el gobierno del Reino de Dios sobre la Tierra.
Jesús, no solo mostró al “Padre y el Reino” sino que advirtió que el “Reino de Dios” debía ser establecido en la tierra diciendo: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” pues no puede haber Reino donde La voluntad de Dios no ha sido establecida.
“Reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre”
Una posición que permite ver el “aspecto escatológico” sacerdotal al cual estamos llamados a ejercer, ahora es necesario tener un contexto escritural para entender esto de “reyes y sacerdotes”, Dios habló a Israel diciendo:
“vosotros
seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la
tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. Éxodo 19:6
Dios escogió a la tribu de Leví de la cual vendría el “orden sacerdotal del linaje de Aarón” y su descendencia seria del linaje de Abraham, Éxodo 28:1 dice.
“Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón”.
Entonces, en el plan Divino
habría una familia con un “linaje especial” del cual vendría el “linaje
de Aarón” quien ejercería el sacerdocio y luego continuaría con sus
descendientes.
Según el “orden sacerdotal” de Aarón, el sacerdocio vendría del linaje de Aarón y ningún descendiente suyo podía ser rey, sin embargo, el “sacerdocio” del Antiguo Testamento de cierto modo “anticipaba” el sacerdocio dentro del Nuevo pacto pues en contraste del Antiguo Testamento donde una vez al año el sacerdote podía entrar al lugar santísimo a través de la sangre animal.
Ahora, Hebreos 9:12 revela lo que ha hecho Jesucristo como nuestro sacerdote.
“y no por
sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró
una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.
Los sacrificios por el pecado demandaban “intermediarios” ante Dios y ahí surge la importancia de la “figura sacerdotal”, sin embargo, en Cristo tenemos entrada al mismo trono de “La Gracia de Dios” debido a la eficacia de La “Obra consumada” de Cristo en la cruz en favor de la humanidad.
El “sacerdocio” en el Nuevo pacto no está limitado, pues ahora “judíos y gentiles” convertidos a Cristo son un solo cuerpo, con acceso al Padre Celestial por medio del Espíritu por tal razón el apóstol Pedro advierte de nuestra posición en Cristo.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1° Pedro 2:9
Evidentemente que cada dispensación representa una forma de “mayordomía” pues cada Testamento caracteriza un “pacto diferente” pues ahora el pueblo de Dios ya no se limita únicamente a Israel sino a los “judíos y gentiles convertidos” a Cristo, ellos son ahora “Su nación santa” lo cual abarca a La Iglesia de Jesucristo.
“Reyes y sacerdotes para Dios”,
Génesis 14:18-19 revela que Abraham se encontró con el rey Melquisedec quien era rey de Salem y “sacerdote de Dios altísimo” quien sacó pan y vino referentes de lo que Dios había estipulado para la tribu de Leví donde escogió a Aarón para ser sacerdote y decidió que solamente los de la tribu de Leví serian sacerdotes del “linaje de Aarón”.
Los que somos de Cristo, pertenecemos al “Orden sacerdotal de Jesús”
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1° Pedro 2:9
Jesucristo nos “amó” y nos “lavó” con Su sangre para hacernos “reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”, ahora, pasamos de ser “esclavos a hijos” y de hijos a “reyes y sacerdotes” como parte de nuestra herencia espiritual, Gloria a Dios.
En el Antiguo Testamento, estaba prohibido combinar los cargos de “rey y sacerdote” pero Hebreos 4:14 indica que Cristo no es “sacerdote” por descendencia levítica, sino por “designación” divina, un “gran sumo sacerdote que traspasó los cielos”.
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Hebreos 7:11
La figura de “rey y sacerdote” es sinónimo de adoración y servicio y además de autoridad y liderazgo, y como “mediador” entre Dios y los hombres, pero Jesucristo no solo es Sumo Sacerdote en el “Orden de Melquisedec sino “Rey de reyes y Señor de señores” Apocalipsis 11:19
Hechos 17:26 dice: “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres...”
1° Pedro 2:9 dice que “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” y Apocalipsis 5:9-10 hace mención del nuevo cantico entonado por los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos.
“…porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
Ahora, los creyentes en Cristo no somos del orden de Levi ni del orden de Aaron, sino de un orden más alto, de aquel que traspasó los cielos, este cantico revela que no solo pertenecemos al “Linaje de Cristo” sino al “Orden sacerdotal” de Jesús quien nos ha hecho “reyes y sacerdotes para Dios, su padre”.
Efesios 2:6 dice que Dios nos “resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” y Apocalipsis 1:6 hace una declaración gloriosa: “A él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos”
Ahora,
“judíos y gentiles” convertidos a Cristo son un solo cuerpo y Apocalipsis
5:10 dice: “y reinaremos sobre la tierra”, esta es nuestra
Gloriosa herencia. Amen