Profetiza hijo de hombre
Texto
bíblico. Ezequiel 37 :1-14
Introducción
La Biblia establece una relación estrecha entre el “aliento de vida” (hebreo, neshamah) y el “espíritu” (Rúach), la palabra en hebreo “nephesh”
refiere a “un ser animado, racional, consciente y vivo” el cual recibió de Su Creador:
Su imagen y Semejanza, la parte inmaterial diseñada para vivir eternamente pero
no fue un alma viviente hasta que recibió de Dios el “sopló” aliento de vida (Génesis
2:7).
La Vida de Dios coincide con su mismo ser y que el término “aliento”
es equivalente a la vida misma que procede de Él, Job
reconoce esta verdad, “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo (neshamah) del
Omnipotente me dio vida”. Job 33:4
La Biblia enseña que las “cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las
reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre” y esto tiene que ver con el propósito para el cual fuimos
creados pues Él como diseñador de todas las cosas las ejecuta conforme a Su Palabra
y en ocasiones lo que hace va más
allá de nuestra comprensión humana.
Dios creo al hombre para un propósito, “Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread” sobre todo aquello que le fue
asignado y dentro de este propósito ha escogido en cada generación a quienes usar
como instrumentos suyos para cumplir una asignación y recordemos que no hará
nada sin anunciarlo previamente a sus profetas (Amos 3:7).
En la escritura existen diversos pasajes que rebasan nuestra
comprensión, pues revelan la intensa actividad en la dimensión espiritual y que
por medio de la visión profética son reveladas a los profetas como Ezequiel, uno
de los profetas mayores cuyo ministerio profético brinda un marco de referencia
de esta dimensión espiritual, lo cual es representado por la abundancia de
visiones en ocasiones difíciles de interpretar.
Después de la caída de Jerusalén Israel es llevado a
cautiverio quedando atrás todo lo que representaba su identidad como pueblo de
Dios, lo cual los llevo a sentirse muertos en vida “secos espiritualmente”,
como huesos secos y esta situación mueve la mano de Dios viene sobre Ezequiel
en una poderosa visión.
La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el
Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y
me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran
muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y
me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo
sabes. Ezequiel 37:1-3
En esencia, la profecía tiene como propósito mostrar anticipadamente eventos
proféticos y /o procesos proféticos que además de poder interpretar el pasado, inspiran
el presente y permiten comprender el futuro como lo vemos en esta visión de
Ezequiel.
Dos cosas debemos destacar al comienzo de esta visión, la
palabra “Mano” en el hebreo “YAD” significa “La mano abierta de Dios”, la cual
toma a Ezequiel quien es llevado en el Espíritu y colocado en
medio de un valle donde puede ver muchos huesos secos en gran manera y surge la pregunta ¿Vivirán
estos huesos?
La
visión de Ezequiel se centra en dos cosas particulares, “un valle lleno de huesos y estos muy secos”, Ezequiel no tiene una respuesta a esa
pregunta, Señor “Jehová, tú lo
sabes”, la esencia de la pregunta radica en ¿habrá forma de que estos huesos
vuelvan a su propósito original?
Ezequiel es llevado en el Espíritu, por la mano de Jehová a una dimensión
que mostraba la realidad espiritual de Israel, “somos como huesos secos” aunque
en lo natural no estaba secos en sus mentes estaban atados a esa confesión lo
cual evidencia que era un argumento
mental que tenía el pueblo.
Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:
Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos
huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré
tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de
piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy
Jehová. Ezequiel 37:4-6
Ezequiel debía “profetizar”,
la palabra griega G4396“prophēteuō” habla de “predecir eventos, adivinar,
hablar bajo inspiración, ejercer el oficio profético: profetizar” literalmente “pararse frente a otro o hablar por otro” o “hablar por” alguien
más, pero no se trata de hablar en “nombre de” sino llevar “un mensaje de”.
La importancia de profetizar radica en el “nivel” de “autoridad y responsabilidad”, Ezequiel debía profetizar en “nombre
de”, “hablar por” para llevar “un mensaje de” con la finalidad que
cada hueso en aquel valle escuchara la voz profética.
La orden especifica: “Profetiza
al espíritu” y “di
al espíritu”.
Ahora, es conveniente diferenciar entre la palabra “espíritu” con
minúsculas y “Espíritu” con mayúsculas; La primera (espíritu)
aquello que necesitaban los (huesos secos) y la segunda se refiere al “Espíritu”
que vendría de los 4 vientos para impartir vida.
La palabra “espíritu” viene del hebreo “rúakj”
que significa “Aliento de vida”.
Del original (hebreo y
griego), la palabra Espíritu puede ser traducida: Espíritu, viento, o aliento,
(Rúach) o (Pneuma) como sinónimo de la obra redentora del Espíritu.
Ahora un hueso puede hacer nada por sí
solo, pues necesita los músculos, nervios y piel para ser considerado un cuerpo
y por tanto el espíritu de vida solo provine de Dios, Job mencionó lo
siguiente: “Y el soplo del
Omnipotente me dio vida” Job 33:4.
Esta visión muestra la realidad espiritual de un pueblo
que vio que todo lo que representaba ser pueblo de Dios (identidad) se había
ido, no había esperanza para ellos.
La palabra profética tiene un gran poder espiritual y Ezequiel
recibió un manto con autoridad para
actuar en nombre del Señor para “profetizar”.
La declaración profética llena de poder llamada a suscitar “levantar” o “generar” vida solo debía
“profetizar”
lo que Dios haría, “hago entrar”,
“pondré”, “haré subir”, “os cubriré”, “pondré en” y “viviréis”.
Profeticé,
pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí
un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he
aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de
ellos; pero no había en ellos espíritu. Ezequiel 37:7-8
Las palabras de Ezequiel trajeron
la manifestación sobrenatural pues cada hueso busco su ubicación, los tendones aparecieron como elemento de
conexión y finalmente piel cubrió el cuerpo, pero la obra estaba
incompleta, faltaba lo más importante; “el
aliento de vida”, que proviene de Dios.
Profeticé, pues, como me fue mandado”
Me dijo:
Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha
dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán.
Ezequiel 37:9
Ezequiel
debía “profetizar” al Espíritu el cual debía venir de los cuatro (4) vientos con una sola finalidad:
“soplar” sobre “estos muertos” y así ¡vivirán!, el “soplo”
del Espíritu marcaría la diferencia entre la muerte y la vida, a Ezequiel le fue “revelado” que el Espíritu estaba en
los cuatro vientos los cuales fueron activados al momento que Dios quiso
levantar los huesos secos.
Bíblicamente
los vientos desempeñan un papel importante para la vida y, por ende, el “viento” está en todo sitio y lugar,
no podemos sobrevivir sin aire o viento y es uno de los símbolos del Espíritu
en el Antiguo Testamento y Jesús hace mención de él a Nicodemo “…Oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a
dónde va” Juan 3:8.
Ezequiel estaba una dimensión donde le fue revelado lo que los
ojos naturales no pueden ver, “La obra regeneradora” del Espíritu “soplando”, pues sin Él no hay vida la enseñanza
bíblica revela que:
“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús
mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” Romanos
8:11
Ahora Pablo enseña la importancia de estas
cosas “sobrenaturales” que están fuera de la dimensión de nuestros
sentidos naturales, que permitirían comprender la obra sobrenatural de dar vida
a un pueblo (Israel) cautivo no sólo en babilonia sino en la dimensión
espiritual.
Esta visión
revela que era imprescindible la acción directa del Espíritu para traer
liberación, restauración y finalmente la vida pues estos (huesos secos) estaban
llamados a un nuevo nacimiento y a un ¡nuevo
tiempo! 2° Corintios 5:17.
Ahora, para comprender con más profundidad de la visión de Ezequiel podemos
usar un paralelismo entre lo que ocurrió con el hombre, el cual no fue un “alma
viviente” hasta que Dios “sopló” su aliento y recibió vida,
de igual manera un hueso no puede hacer nada por sí solo,
pero cuando los músculos y nervios actúan sobre este marco óseo juntos se
complementan en “un cuerpo”, pero se necesita el espíritu que da vida.
Dios ordenó “profetizar” sobre ellos:
Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en
ellos, y vivieron,
y estuvieron sobre
sus pies; un ejército grande en extremo. Ezequiel 37:10
El Espíritu
no solo mostró la condición espiritual de estos huesos sino la necesidad de
darles vida, era necesario su intervención, Ezequiel profetizó por el Espíritu éste
“entro”
y la obra se completó, aunque Israel experimentaba setenta (70)
años en cautiverio había llegado el tiempo de visitación de Dios.
A Ezequiel le fue revelado la
necesidad del toque del Espíritu para producir la Restauración y Renuevo no
solo de índole espiritual sino natural como pueblo de Dios, ahora no eran “unos muertos” sin esperanza ¡no!,
la obra de Dios no sólo consistió en dar vida sino convertirlos en un poderoso
ejército y grande en extremo.
La Biblia enseña que el tiempo
de Dios es perfecto y que Su gobierno rige sobre los tiempos de los hombres y
su propósito ni se adelanta o se retarda y tiene una hora determinada para actuar,
ahora enfoquemos de nuevo en la visión
y su significado pues la respuesta de Dios sencilla y contundente.
Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la
casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció
nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto, profetiza, y
diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo
mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de
Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de
vuestras sepulturas, Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré
reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice
Jehová.
Ezequiel 37:11-14
Dios anuncia tres cosas concretas: “abrir sus sepulcros, hacerlos
subir de sus sepulturas, y traerlos de vuelta a la tierra de Israel”, no
se trata de una resurrección literal, usa un lenguaje netamente retórico para como debían recibir Su Espíritu para “vivir” y, también les daría “un corazón nuevo” y “un
espíritu nuevo”, y cuando Dios cumplió esas promesas.
Ahora el
cumplimiento de esta visión profética no está planteada para el tiempo presente, tampoco para judíos
esparcidos las naciones en la
actualidad, ni aplicable al estado político-secular de Israel constituido en el
año 1949, pues históricamente su cumplimiento inicia a partir del decreto de Ciro rey de Persia
cuando un gran número de israelitas
emprenden el retorno a sus
tierras, y comienza la reconstrucción de los muros de Jerusalén, del
templo y la restauración de la adoración conforme a la ley de Moisés, etc.
Así como
Israel pensó que no había esperanza, muchos hoy como pueblo de Dios
experimentan una gran sequía espiritual que los hace vulnerables, pero Dios es el “mismo ayer, hoy y siempre” lo cual
nos lleva a considerar que lo que hizo ayer lo hará “hoy y mañana” pues la “obra
del Espíritu” no ha cesado y esto indica que estamos ante una nueva temporada.
Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo
crecen los huesos en el vientre de
encinta, la mujer así ignoras la obra de Dios, el cual
hace todas las cosas. Eclesiastés 11:5
Estamos en
presencia de un tiempo, un Kairos, una visitación divina que nos llevara al igual que Ezequiel a ordenar, “espíritu:
Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla
sobre estos muertos, y vivirán” recuerde fuimos predestinados, para volver al modelo original,
de Cristo y el Señor promueve todo de acuerdo a su propósito.
Dios no busca que entendamos cómo
o porqué hace algo, somos llamados a profetizar
vida del Espíritu sobre el “valle de huesos secos”, pues La iglesia está llamada a ocupar la posición que Jesús le dio: “sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por
cabeza sobre todas las cosas a la iglesia” Efesios 1:22.
El viento de
Dios trae frescura, vida del Espíritu, pues todo proviene del Dios eterno del hebreo Olam:
eterno o eternidad que no está limitado al (tiempo-espacio), estamos en presencia de un nuevo tiempo, un Kairos
divino que nos llevara a profetizar vida del Espíritu donde hay ceguera y
muerte espiritual.
Muchos
ministerios, iglesias y pueblo de Dios necesitan discernir la acción de las
tíbielas,
muchos parecen huesos secos yaciendo en lugares áridos espiritualmente sin
vida, pero recuerde, los tiempos de Dios son perfectos y la palabra “tiempos” del hebreo “Et”
traduce: período, tiempo determinado, propicio o apropiado y lo podemos
describir como Kairos, un tiempo centrado en la perfecta voluntad de Dios y
una manifestación sobrenatural.
Todo
esto nos permite tener una amplia cosmovisión de lo que Dios hará a través de
la acción de Su Espíritu, Jesús dijo que Espíritu es como el viento, es libre para moverse y hacer
su obra tal y como lo desea, aunque no le vemos actuar no deja de ser real pues
su obra es avivada en medio de los tiempos.
La obra del Espíritu era revelada desde el génesis mismo y asociado con la
vida, así como fue llamado para actuar a favor de Israel, Dios esta levantando
los Ezequiel de este tiempo para ordenar a los huesos secos “oír
palabra de Jehová”.
Estamos
siendo introducidos a un tiempo Kairos y revestidos de una unción profética poderosa,
para atacar
la fuente de la sequía espiritual, el Espíritu nos propulsa hacia
nuevos horizontes, a dimensiones espirituales más profundas “lo
que ojo que vio ni oído oyó” pues “la iglesia” necesita una visitación del
Espíritu y para esto es importante estar bajo la unción y autoridad de un
ministerio profético maduro que pueda traer revelación de la situación del
pueblo de Dios.
Muchos están haciendo
declaraciones incorrectas sobre sus vidas y estas palabras se establecen en la
dimensión espiritual trayendo sequía y muerte espiritual como los huesos secos
de Ezequiel 37, porque descuidaron su relación con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo, no tomaron en cuenta que son pueblo de Dios, real sacerdocio,
pueblo escogido para anunciar las virtudes de su hijo Jesucristo.
Es tiempo de cambiar esta confesión,
somos creyentes en Jesucristo, hagamos un alto, necesitamos vernos a la luz de
la palabra, ¿estamos dando los frutos esperados en nuestras vidas o
ministerios? necesitamos volver al primer amor, a la palabra, la oración y
búsqueda de Su presencia.
La pregunta que
Dios hace ¿vivirán estos huesos secos?
¿Podemos
hacernos un diagnostico genuino de nuestra vida espiritual? ¿nos vemos como
huesos secos y sin esperanza?
Recuerde, aunque
el mundo esté siendo convulsionado por tantas situaciones y vivan si esperanza, en la peor sequía
espiritual que hayamos visto, falsas religiones, la acción de espíritus de
error e idolatría; el Dios de La Biblia está interesado en
que su pueblo vuela a Su presencia y Su palabra.
La obra del Espíritu no ha cesado, recuerde el que
comenzó la obra y la ha de terminar, oremos y arrepintámonos de la vida
espiritual que tenemos, no estamos llamados a ser huesos secos, tampoco somos
como tizones humeantes lejos de la gran hoguera necesitamos el toque
revitalizante del Espíritu de Dios en nuestras vidas, Amen.